Entre todas las batallas que el Gobierno mantiene en el Congreso, como las negociaciones por la ley Bases y el paquete fiscal en el Senado, al Gobierno ya se le viene encima otra dura pelea: lograr las aprobaciones de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, candidateados por Javier Milei para sumarse a la Corte Suprema de Justicia.
El Poder Ejecutivo elevó ayer ambas propuestas al Senado. Si bien la sensación en general es que los dos lograrán los votos para acoplarse al máximo tribunal, la vicepresidenta Victoria Villarruel, presidenta del Senado, no está de acuerdo con la postulación de Lijo. Además, en las últimas semanas encadenó impugnaciones de cámaras empresarias y de asociaciones jurídicas y profesionales.
Ahí se abre un interrogante sobre la aprobación de estas candidaturas. En marzo, Villarruel cuestionó sin sutilezas la de Lijo. “No lo conozco, pero no me gustó cómo actuó en la causa Rucci”, apuntó en referencia al crimen del ex jefe de la CGT en 1973, cuyo caso se tramita en el Juzgado de Lijo. Además, a Villarruel le gustaría que esa vacante en la Corte fuera ocupada por una mujer.
En este contexto, ayer comenzó a circular un video del programa de Luis Majul de la noche del domingo, donde el periodista, de mucha cercanía al Presidente, contaba que en la Casa Rosada no le tienen confianza a la vice y que en la intimidad Javier Milei le inventó un apodo a Villarruel: “Bicha cruel”.
Cabe recordar que la última vez que la vicepresidenta dio una entrevista, dejó una frase para la historia cuando le consultaron por su relación con Karina Milei, con quien hay roces, en la que indicó que entre ellas quedaba en el medio el Presidente: "Pobre jamoncito". Parecería que, ahora, el mandatario le hizo una devolución de gentilezas con otro sobrenombre.
Pese a todo esto, Villarruel no se correrá de su rol intitucional ni jugaría en contra de iniciativas que impulse el Gobierno, según indican en el Senado. Pero así como la vice no pretende quitar gobernabilidad, sí se hace a un lado al momento de negociar con la oposición y los bloques aliados los votos para el juez Lijo, aún cuando no hay nadie más en el Senado con volumen para encararlo.