El 26 de septiembre el INDEC informó que el aumento de la pobreza en la Argentina alcanzó al 52,9 % de la población, y que ya son 5,4 millones los argentinos que viven en la indigencia y dependen de ayuda para comer. En este sentido, según un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad, de la Universidad Austral, la Primera Infancia en Argentina enfrenta desafíos críticos que reclaman políticas de abordaje integral.
Los últimos relevamientos realizados por la Fundación Más Humanidad confirman estos datos y la necesidad de buscar caminos de articulación con el Estado que permitan un mejor acompañamiento a las poblaciones en situación de vulnerabilidad social. Porque 52% no son solo cifras, son personas que en la Fundación Más Humanidad tienen un nombre y apellido. apellido. Son familias comprometidas en programas diseñados para acompañar la salida de una situación de exclusión que empieza por superar la desnutrición.
“Educación, Salud y Hábitat” fueron las dimensiones que evidenciaron la situación crítica en la que se encuentra la primera infancia en la Argentina. Conscientes de que los primeros años de desarrollo y bienestar infantil son cruciales para garantizar el futuro saludable de una población, desde hace más de 10 años, la Fundación Más Humanidad trabaja para erradicar la pobreza en Argentina, partiendo de las poblaciones donde está presente la desnutrición infantil. Conscientes además de que resolver la desnutrición, es el primer paso, su propuesta de abordaje incluye además los ejes de Educación, Formación laboral y Vivienda.
Los censos también indican que el 60,2% de la población relevada presenta malnutrición, un 62% de adultos responsables de niños no tiene escolarización completa, el 52% de las familias viven en condiciones de hacinamiento y el 47% no posee en su vivienda un baño como lugar de higiene. Invertir en el desarrollo integral durante la primera infancia beneficia al niño y contribuye a una sociedad más próspera.

Rescatar a un niño de la desnutrición es rescatar a una familia de la pobreza. Para eso es imprescindible un abordaje integral que contemple todas las dimensiones de la persona, brindándoles a las familias las herramientas para sostener el proceso que iniciaron atendiendo al niño en situación de alta vulnerabilidad.
Para que este abordaje sea posible, sostenible y exitoso en términos de transformar una población, necesariamente requiere de la coordinación con los diferentes niveles estatales. Pero hoy se ha acentuado la ausencia del recurso humano proveniente del Estado. Esto se constata en el trabajo diario de la Fundación Más Humanidad, que en su relacionamiento con instancias como el servicio local, las salitas, las escuelas y organismos de sección de derechos encuentra respuestas únicamente ante casos de altísimo riesgo.
En un escenario de pobreza exponencial, que presenta notas que la hacen diferente a la pobreza de hace 40 años cuando existía una base de educación, es urgente que las políticas acompañen esta mirada integral articulando con las organizaciones sociales, que siendo la primera fuerza que recibe a una población vulnerable, deberían ser vistas como aliadas.