Mantener tu parrilla en óptimas condiciones es clave para disfrutar de un buen asado, pero la oxidación puede ser un problema común.
Sin embargo, no es necesario gastar en productos costosos para devolverle el brillo. Con tres ingredientes que seguramente ya tenés en casa, podés dejarla como nueva.
Así es como tenés que limpiarla antes de empezar a hacer el asado
- Preparar la pasta: mezclá bicarbonato de sodio con agua para formar una pasta. Aplicala sobre las zonas oxidadas y dejala actuar durante 30 minutos. Luego, rociá vinagre blanco sobre la pasta, lo que generará efervescencia y ayudará a desprender el óxido.
- Cepillado: usá un cepillo de cerdas duras o de alambre para frotar la parrilla después de que la mezcla haya actuado. Esto facilitará la eliminación del óxido ablandado.
- Enjuague y secado: enjuagá bien la estructura con agua caliente para eliminar cualquier residuo. Asegurate de secarla completamente con un trapo o dejándola al sol para evitar nueva oxidación.
- Aplicar aceite: una vez limpia y seca, es recomendable aplicar una fina capa de aceite vegetal sobre la parrilla. Esto no solo le dará un brillo extra, sino que también la protegerá del óxido en el futuro.
¿Qué necesitás para limpiarla?
- Bicarbonato de sodio
- Vinagre blanco
- Cepillo de cerdas duras o alambre
- Trapo seco (opcional)
- Aceite vegetal (opcional)
Si el óxido es muy profundo, repetí el proceso hasta que desaparezca por completo. Encender la parrilla después de limpiarla también ayudará a secarla y fijar la capa de aceite.
Con estos simples pasos, tu parrilla estará lista para el próximo asado, ¡sin complicaciones ni gastos innecesarios!