Después de un asado dominical, es común que quede carne. En lugar de desperdiciarla, hay formas sencillas de aprovechar esos deliciosos restos, asegurando que mantengan su sabor y calidad.
Para evitar que la carne se seque o absorba olores, es crucial almacenarla correctamente. Una vez enfriada, guardala en recipientes herméticos y, si no la consumirás en tres días, porcioná y congelá las sobras. Así, podrás disfrutarla más adelante sin preocuparte por su frescura.
Un consejo esencial es separar los jugos que soltó la carne durante la cocción. Al recalentar, agrega un poco de este líquido para mantener la humedad, evitando que la carne se reseque.
Parrilla: cómo recalentar el asado para que te quede bien
Los cortes grasos, como la tira de asado o el vacío, son ideales para recalentar, ya que la grasa ayuda a conservar la jugosidad. En cambio, los cortes magros, como el ojo de bife, pueden perder su textura si no se manejan con cuidado.

Una opción para estos últimos es consumirlos fríos, en finas láminas como rosbif, perfectas para sándwiches.
¿Cuáles son los métodos de recalentamiento?
- Horno: para recalentar en el horno, envolvé cada pieza en papel aluminio y papel manteca, asegurando que la carne esté bañada en sus jugos. Calentala a 180 °C durante media hora para mantenerla tierna y jugosa.
- Microondas: si preferís este método, cortá la carne en porciones pequeñas. Antes de calentar, rociá con agua o sus propios jugos para evitar que se seque. Esto ayudará a que la carne conserve su humedad y sea más sabrosa.
Aprovechar los restos del asado no solo es una forma de ahorrar, sino también de disfrutar nuevamente de una buena comida. Con estos consejos, la carne sobrante puede convertirse en un nuevo plato delicioso.