Es tan cierto que Gallardo es el máximo ídolo de la historia de River -junto a Labruna- como que fue el máximo responsable de la eliminación del Millonario contra Atlético Minerio, en la semifinal de la Copa Libertadores. El Muñeco equivocó el planteo, los cambios y los momentos en el partido de ida y dejó sin vida muy rápidamente a su equipo.
Esto llama la atención, sin dudas: es que los equipos de Gallardo nunca suelen darse por muertos y luchan hasta el final. Pero en esta serie River dejó de tener chances muy rápido. La inclusión de la línea de 5 en Brasil no sirvió ni siquiera para defender y Hulk y a Deyverson que se hicieron un festín en el área de River. Como si no fuera suficiente, cuando iban 60 minutos el entrenador cambió a los tres jugadores del mediocampo al mismo tiempo, lo que desequilibró al equipo, que recibió dos golpes de K.O a los 70' y 72'.
No solo esto, sino que Echeverri y Mastantuono, los únicos dos futbolistas de River que pueden romper con lo previsible, solo jugaron 30 de 180 minutos de la serie. Claro está que toda la responsabilidad no cae en Napoleón. Es que varios futbolistas no están a la altura de la camiseta.

Por citar algunos ejemplos, Paulo Díaz tiene una calidad altísima, pero en los partidos decisivos siempre comete errores trascendentes. Miguel Borja no hizo un gol en un mata-mata en toda la Libertadores y tampoco aportó mucho en el juego. A Nicolás Fonseca todavía le falta un montón para ser el 5 del Millonario en una semifinal de Libertadores, en Brasil. Rodrigo Villagra no justificó ni por asomo la fortuna que se pagó por él. Y Nacho Fernández ya no es el mismo del 2018: puede aportar desde el banco, pero no como titular.
La responsabilidad también es compartida entre la dirigencia, Demichelis y Gallardo en el armado del plantel. Y hay una falla sustancial. Salvo Colidio, River no tiene delanteros de jerarquía para la manera en la que Gallardo pretende jugar. Es que los atacantes exitosos en el ciclo anterior del Muñeco eran los primeros defensores del equipo, tenían un poder de gol impresionante y también se sabían asociar en velocidad.

Lucas Alario, Lucas Pratto, Rafael Santos Borré, Sebastián Driussi, Lucas Beltrán (aunque tuvo más protagonismo con Micho), Teo Gutiérrez, Rodrigo Mora, Ignacio Scocco, Julián Álvarez y Matías Suárez fueron algunos de los delanteros que pudieron plasmar a la perfección los planes de Gallardo. Borja, además de tener otras características y estar con la pólvora mojada, sin la pelota es uno menos. Y Adam Bareiro, ingresando desde el banco, no demostró tener la capacidad de aportar algún tipo de solución.
Esto también se ve reflejado en las estadísticas: desde su retorno, el entrenador dirigió 16 partidos y el equipo de Núñez solo metió 13 goles, con un promedio menor a un tanto por encuentro.
En cuanto al partido de vuelta de ayer, River fue superior al Mineiro, pero no pudo capitalizar el histórico recibimiento de su hinchada. Quizás, si encontraba el gol rápidamente la historia hubiera sido diferente. Pero si Gallardo planteaba el duelo de manera distinta en la ida, hubiera llegado con muchísimas más posibilidades a la definición en el Monumental.
Y así lo demostró el DT, autocrítico, después del encuentro. "El sentimiento y la pasión que demostró el hincha, con un resultado adverso y con un equipo que no viene jugando bien, fue impresionante. Dio la cara, alentó todo el partido y dio un recibimiento que nunca había visto. Sentimos que estamos en deuda, pero esa responsabilidad la asumimos plenamente”, concluyó, en conferencia de prensa.
Hoy en día, por dos puntos, el Millonario no está clasificando a la Copa Libertadores 2025 por la tabla anual, la única chance realista que le queda. Ahora, el Muñeco tendrá que meter a su equipo de vuelta en este torneo continental, mejorar el nivel de juego y armar un plantel acorde a lo que demanda la camiseta. Si hay alguien que puede revertir esta situación es él.