A pesar de que horas atrás Argentina figuraba como el único país que no adheriría, finalmente el presidente Javier Milei firmará la suscripción a la Alianza Global contra el Hambre, propuesta de Lula da Silva que busca ser el punto principal de la cumbre del G20 que tiene lugar en Río de Janeiro, Brasil.
Para no quedar afuera de un acuerdo multilateral integrado por 80 países, que unirán sus fuerzas para combatir contra el hambre y la pobreza, Milei finalmente decidió sumarse a una Alianza Global presentada por Lula en el G20. Se trata de un sistema de acuerdos flexible, y sobre esta arquitectura institucional, Milei aceptó formar parte de este proyecto geopolítico.
Que Argentina haya confirmado la firma solo se explica después de las incansables gestiones diplomáticas que tuvieron la Cancillería argentina y el sherpa del G20, Federico Pinedo; con Itamaraty, el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. Lo que destrabó la firma fue que Milei podrá adherir con sus propias motivaciones legales y técnicas, utilizando sus propias reflexiones ideológicas, sin verse obligado a acompañar a la mayoría.b
“La República Argentina, expresando la voluntad democrática de su pueblo, se compromete a luchar contra el hambre y la pobreza mediante reformas de mercado que, además de su probada eficacia para alcanzar el doble objetivo de esta Alianza, respeten la igualdad de derechos de todos los individuos", comienza el documento oficial.

Sin embargo, aclara que Argentina se suma a esta Alianza Global recordando "que ofrece un enfoque de canasta de políticas (…) que no implica la aprobación colectiva de instrumentos o programas de políticas específicos", y enfatizando que entre las opciones de políticas disponibles se contemplan “enfoques impulsados y orientados por el mercado”.
“Las políticas socialistas violan los derechos de los individuos y, al asfixiar las economías de los Estados nacionales que las implementan, siguen provocando un subdesarrollo insostenible que impide cualquier lucha viable contra el hambre y la pobreza”, cierra el comunicado, remarcando la distancia ideológica de la propuesta original de Lula.