Cuando el clima le sonríe al campo, todos están contentos. Las buenas lluvias que se venían dando en las últimas semanas todavía no se cortaron y este domingo y la madrugada del lunes dejaron buenos acumulados en zonas de las región núcleo que necesitaban agua, lo que va a darle un nuevo impulso a la siembra de soja.
Según un relevamiento hecho por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), durante el fin de semana, se dieron lluvias generalizadas en gran parte de la región núcleo - que comprende el norte bonaerense y el centro-sur de Santa Fe y Córdoba-, donde los acumulados más significativos se registraron en el centro-norte y oeste de la zona, justo donde más falta hacía.
Por ejemplo, las localidades cordobesas como Hernando recibieron 90 milímetros, Noetinger 68 milímetros e Irigoyen 52 milímetros. En el centro-sur santafesino, Clason reportó 44 milímetros, mientras que más al sur, en Bigand, las lluvias apenas alcanzaron los 20 milímetros.

En contraste, el noroeste bonaerense prácticamente no registró precipitaciones, mientras que fuera de la región núcleo, Rafaela marcó 91 milímetros y Sunchales sorprendió con un acumulado de 144 milímetros.
En este sentido, Florencia Poeta, del área de Estimaciones Agrícolas de la BCR, planteó que estas precipitaciones eran cruciales, ya que "la siembra de soja se encontraba detenida en amplias zonas a la espera de humedad".
El informe publicado el jueves pasado por la BCR, detalló que hasta la semana pasada se había sembrado el 93% de la soja de primera, pero aún restaban por completar 300.000 hectáreas, además de un avance más significativo sobre la soja de segunda, cuya implantación recién había comenzado de manera incipiente en algunos sectores.
Después de las lluvias, a sembrar soja
Es por eso que la BCR remarcó que "con este aporte hídrico, se espera que las labores de siembra se reactiven en los próximos días, especialmente en áreas que venían enfrentando condiciones de humedad limitada".
En este sentido, Poeta señaló que "las lluvias pronosticadas hasta el miércoles podrían consolidar estas mejoras, permitiendo completar la soja de primera y avanzar sobre una mayor proporción de soja de segunda. Sin embargo, el sur de la región y sectores del noroeste bonaerense aún requieren más agua para alcanzar una condición óptima".

Por otro lado, el impacto de las lluvias también beneficia al trigo, que ya mostraba buenos rendimientos en el informe anterior.
Así, en zonas como el sudeste cordobés y el centro-sur santafesino, donde "las cosechadoras reportaban rindes positivos en trigo, el agua caída asegura además mejores perspectivas para los cultivos en desarrollo, como el maíz temprano".