Este mes se activó la famosa "Dieta 13" y con ella, los idas y vueltas entre senadores y la titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, por el presupuesto del Senado y el imperativo de austeridad dictado por el presidente Milei.
La medida fue votada en abril pasado en el recinto con un acuerdo entre el oficialismo y a oposición, que posibilitará a los senadores recibir medio aguinaldo en enero próximo. Se trata de, aproximadamente, 2,5 millones de pesos en bruto.
Por entonces, los legisladores pactaron un nuevo sistema de dietas que pasó a estar compuesto por 2.500 módulos, más un adicional de 1.000 por gastos de representación y 500 extra, por desarraigo.
Sobre este último punto, sólo cuatro no lo cobran. Además, los legisladores se agregaron una dieta más a las 12 actuales para compensar el aguinaldo. Esto representó, desde dicho mes, más de $7 millones en bruto. La única senadora que no entra en esta lógica es Alicia Kirchner: cuando ingresó en la Cámara alta, prefirió mantener su jubilación y no recibe pagos por su labor en el Cuerpo.
El objetivo de buena parte del oficialismo es hacerle pagar el costo político a Victoria Villarruel, como una forma de acentuar su subordinación a los mandatos de Javier Milei, mientras que en la oposición buscan que este costo lo pague el oficialismo en general. Fuera de micrófonos, sin embargo, unos y otros están de acuerdo en que se actualicen los millonarios sueldos del Senado.