En la madrugada del miércoles, Gendarmería protagonizó un enfrentamiento contra un conjunto de trabajadores en la frontera entre Salta y Bolivia. El operativo se enmarcó en el llamado Plan Güemes, promovido por el Gobierno provincial y el Ministerio de Seguridad Nacional en nombre de la lucha contra el narcotráfico en la zona. Mientras que las autoridades aseguran que se trataba de un grupo de narcotraficantes, los vecinos y los propios afectados indican que eran trabajadores que comercializaban hojas de coca para subsistir. El saldo: un joven muerto y una veintena de heridos.
Bagayeros es el nombre con el que se conoce a los trabajadores que, en condiciones precarias e ilegales, transportan mercancías a través de la frontera entre Bolivia y Salta. Es a lo que se dedicaba Fernando Martín Gómez, un joven de 27 años y padre de tres hijos que murió este miércoles tras recibir un balazo en el pecho, luego de que la Gendarmería los interceptara a él y sus compañeros. Como varios otros, la víctima fatal transportaba hojas de coca hacia su provincia. Según las reconstrucciones oficiales, vieron acercarse a los efectivos y huyeron abandonando sus cargamentos. Cuando los gendarmes iban a secuestrar la mercadería, los bagayeros intentaron impedirlo desatándose, luego, un enfrentamiento que consistió en el lanzamiento de piedras, por un lado, y balas por el otro.
Por los canales oficiales, el hecho no trascendió sino como el resultado de un operativo exitoso contra el narcotráfico. “Nuestros efectivos son la primera línea de defensa contra el narcotráfico. Todo mi reconocimiento para ellos”, escribió Patricia Bullrich. Del mismo modo Gustavo Sáenz, gobernador de Salta, declaró: “Más unidos que nunca en la lucha contra el crimen organizado. Gobierno Nacional y Provincial trabajando de manera conjunta para combatir el narcotráfico, la delincuencia y la inseguridad. Ni un paso atrás. Cuidamos nuestra frontera. Avanza el plan Güemes”.
En las últimas horas, el intendente de Orán, la ciudad en la que sucedieron los hechos, afirmó que los trabajadores reprimidos “tenían droga”. Según reportó Gendarmería, llevaban 51 kilogramos de cocaína escondidos entre sus mercancías, información que se dio a conocer un día después del asesinato de Gómez. En igual sentido, el interventor del pueblo de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, deslizó incluso que los propios grupos narcotraficantes podrían haber asesinado al joven como parte de una conspiración contra el Gobierno.
"No sería de extrañar que los jefes de esta gente (los pasadores de hojas de coca) los hayan mandado a recuperar (los bultos que habían dejado en el camino), y en el medio hayan matado a uno de ellos para tirarle un muerto a Bullrich”, sostuvo el funcionario por Radio Aries.
A un abismo de distancia, familiares de Gómez y diferentes organizaciones sostienen que se trataba, simplemente, de un grupo de trabajadores precarizados. “Los bagayeros fueron atacados por la Gendarmería con balas de plomo por la espalda y algunos se defendieron con piedras. Un equipo narco no se defiende a pedradas sino con armas de grueso calibre y este no fue el caso”, señaló un testigo citado por la CTA Autónoma en su sitio web. Según la misma fuente, las relaciones entre bagayeros y gendarmes están marcadas por los secuestros ilegales de su mercadería y los constantes pedidos de coimas.

“Mi marido era pasador de hojas de coca. Tenía hijos. Fuimos al puesto 28 y no nos dejaron pasar. Queremos saber qué pasó y que nos entreguen el cuerpo”, se lamentó la esposa de la víctima en conversación con El Tribuno. “Ellos dicen que tenía droga, yo quisiera que que filmen en la casa donde supuestamente vivía el cabecilla narco porque así no vive un narco, con piso de tierra y sin techo”, sostuvo a su vez la concuñada del joven asesinado. Desde otros organismos y medios alternativos reprocharon que el Gobierno no apunte hacia los entramados de poder político que sostienen al narcotráfico y que, en cambio, se militarice la frontera “para terminar asesinando a trabajadores empobrecidos”, como consignó el portal Resumen Latinoamericano.
Además de en la muerte de Gómez, el operativo de Gendarmería derivó en una veintena de heridos, dos de los cuales tienen lesiones graves por disparos con armas de fuego y un tercero por golpes severos, habiendo sido trasladados, todos, al hospital San Vicente de Paul de Orán en código rojo. Investigan los hechos las fiscalías federales de Orán y Tartagal, para esclarecer lo sucedido. Por su parte, el Comité Provincial contra la Tortura y tratos Crueles e Inhumanos pidió informes al respecto.