El jamón cocido forma parte de la dieta de millones argentinos que, a pesar de consumirlo en el desayuno o la merienda, muchas veces ignoramos cómo almacenarlo correctamente para que conserve su frescura y sabor.
Si bien existen métodos conocidos como cubrir el jamón con su grasa o envolverlo en un paño, no siempre son las mejores opciones y pueden provocar que el jamón desarrolle cierta “baba”.
Lo mejor es envolverlo en papel film y colocarlo en un recipiente hermético. Este tipo de envase ayuda a minimizar la exposición al aire y mantiene el jamón fresco por más tiempo.
Una vez envuelto y guardado en el recipiente adecuado, el jamón cocido se debe colocar en la parte más fría de la heladera, generalmente en la zona inferior o en el cajón destinado a carnes. Esto ayudará a que se mantenga a una temperatura constante, ideal para conservar sus propiedades.

Las recomendaciones antes de guardar el jamón cocido
Evitar el contacto directo con el aire: uno de los principales factores que acelera la división del jamón cocido es el contacto constante con el aire. Por esta razón, guardar el jamón en una bolsa de plástico no es la mejor opción, ya que, aunque parece práctico, no impide que entre aire que favorezca la proliferación de bacterias. En lugar de esto, es recomendable envolverlo en papel film o papel manteca, asegurándose de cubrir completamente la superficie del jamón, sin dejar zonas expuestas.
Enfriar correctamente: antes de almacenar el jamón cocido, es fundamental que se haya enfriado completamente si se cocinó. No guardes el jamón cocido en la heladera mientras aún esté caliente, ya que esto puede afectar la temperatura interna del aparato y propiciar el crecimiento de bacterias. Dejá que se enfríe a temperatura ambiente y, luego, envolvelo correctamente.

¿Se puede consumir el jamón cocido que tiene baba?
La aparición de esta capa en el jamón cocido se debe al crecimiento de bacterias ácido lácticas. Estas bacterias se alimentan de los carbohidratos presentes en el jamón y, al multiplicarse, producen esta sustancia viscosa. Si bien algunas de estas bacterias son benignas, su presencia indica que el producto se está descomponiendo y ya no es apto para el consumo.
Consumir jamón con baba puede provocar una infección gastrointestinal. Aunque algunas bacterias presentes en la baba sean inofensivas, otras pueden causar enfermedades. Además, el sabor y el olor del jamón se alteran significativamente, lo que afecta la experiencia de comerlo.
Lavar el jamón cocido con agua puede eliminar parte de la baba y mejorar su apariencia, pero no elimina las bacterias que causan el problema. Si el jamón tiene un olor ácido o desagradable, lo mejor es desecharlo.