Esta semana, la Justicia declaró culpables a los cuatro juzgados por el secuestro y femicidio de Otoño Uriarte en Fernández Oro, Río Negro, 18 años atrás. La causa pasó cerca de 15 años paralizada hasta que tomó el caso Gabriela Prokopiw, la actual abogada del padre de la joven. Desde la desaparición de Otoño, el caso estuvo envuelto por las sospechas del delito de trata de personas, algo que aún hoy sigue sin esclarecerse.
El Tribunal de Cipolletti, integrado por la jueza María Florencia Caruso Martín y los magistrados Amorina Sánchez Merino y Juan Pedro Puntel, declaró culpables a Néstor Ricardo Cau, Germán Ángel Antilaf, José Hiram Jafri y Maximiliano Nahuel Lagos por privación ilegítima de la libertad agravada con resultado de muerte, en calidad de coautores. La pena será confirmada el 6 de marzo, aunque se espera que sea perpetua porque es la que corresponde a este tipo de delito.
“No existe duda de que los cuatro traídos a juicio han sido responsables de la muerte de Otoño Uriarte. Todos en grado de coautoría. Todos tenían conocimiento y aceptaron la comisión de los hechos, respondiendo penalmente de la misma manera”, declaró la jueza Caruso Martín, según reportaron los medios locales, y ratificó que existió un plan para secuestrar y asesinar a Otoño Uriarte.

Además, se dictó prisión preventiva para los tres hombres que llegaron a juicio en libertad: Cau, Jafri y Lagos. Dicha decisión fue, sobre todo, motivada por su comportamiento durante las audiencias, en las que se quedaban dormidos, gritaban, llegaban tarde o incluso borrachos. Por su parte, Antilaf ya estaba preso por otro delito.
En conversación con medios locales, Roberto Uriarte, el padre de Otoño, denunció que “el aparato de impunidad sigue intacto”, subrayó que “justicia sería que Otoño estuviera acá con nosotros” y completó, en declaraciones al portal La Tercera Puerta: “No niego las responsabilidades de estos cuatro acusados, pero tengo el convencimiento de que trabajaron para alguno de los funcionarios que hicieron que este proceso durara 18 años”.

En octubre de 2006, un grupo de hombres, integrado por los ahora declarados culpables, asesinó a Otoño Uriarte. Su cuerpo fue hallado en abril de 2007, en una usina cercana a su casa. Tenía 16 años y había salido a andar en bicicleta cuando la secuestraron. Las inconsistencias en el accionar de la policía y los funcionarios provinciales, recogidas en esta nota, llaman la atención sobre un posible entramado de complicidades que trasciende a los cuatro autores materiales condenados esta semana.
Cuando el juicio estaba por comenzar, Prokopiw fue terminante respecto del posible accionar de una red de trata de personas. “Yo voy a sostener hasta el día en que me muera que Otoño fue robada con la intención de prostituirla”, aseveró en conversación con este medio.