El otoño ya se empieza a sentir en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, y con él llegan los cambios de temperatura que nos toman desprevenidos. Por la mañana, una brisa fresca nos obliga a abrigarnos, pero al mediodía el sol nos sorprende con un calor inesperado. Estas oscilaciones térmicas afectan directamente a nuestro cuerpo y, si no tomamos las precauciones necesarias, podemos terminar con un resfrío.
Es bien sabido que los días fríos son el caldo de cultivo perfecto para infecciones. A medida que bajan las temperaturas, nuestro organismo sufre alteraciones que lo hacen más vulnerable, desde una disminución en la respuesta inmunológica hasta la ralentización del sistema respiratorio. Por eso, es clave conocer cómo protegerse ante estos cambios de temperatura, para minimizar riesgos y mantenernos saludables durante esta transición de estación.

Ventilación y control del ambiente
Uno de los principales problemas con la llegada del frío es que pasamos más tiempo en espacios cerrados, lo que facilita la propagación de virus y bacterias. Para contrarrestar este efecto, es fundamental ventilar los ambientes. Abrir ventanas y puertas unos minutos al día permite renovar el aire y reducir la concentración de patógenos en el hogar y la oficina.
Alimentación para fortalecer las defensas frente a los cambios de temperatura
Una dieta equilibrada es clave para mantener un sistema inmunológico fuerte en tiempos de cambios de temperatura y en cualquier momento. Algunas recomendaciones incluyen:
- Aumentar el consumo de vitamina C: frutas como naranja, pomelo, mandarina y kiwi ayudan a reforzar las defensas.
- Incorporar jengibre y miel: con propiedades antiinflamatorias, son aliados naturales contra infecciones.
- Beber infusiones calientes: el té, el mate y los caldos de verduras no solo reconfortan, sino que también mantienen la garganta hidratada.
- Agregar ajo y cebolla a las comidas: sus efectos antibacterianos y antivirales naturales contribuyen a prevenir enfermedades.
- No descuidar la hidratación: aunque haga frío, es esencial tomar suficiente agua para que las mucosas respiratorias funcionen correctamente.

Vestimenta adecuada y cuidados personales
El abrigo correcto es clave para evitar que los cambios de temperatura nos jueguen en contra. Algunos consejos prácticos:
- Vestirse en capas: mejor varias prendas finas que una sola gruesa, para regular mejor la temperatura corporal.
- Proteger la garganta y la cabeza: el cuerpo pierde mucho calor por estas zonas, por lo que es recomendable usar bufandas y gorros.
- Higiene de manos: lavarse con frecuencia ayuda a evitar la transmisión de virus.
- Evitar tocarse la cara: especialmente ojos, nariz y boca, que son puertas de entrada para los patógenos.

Hábitos saludables para reforzar el sistema inmune
Más allá de la alimentación y el abrigo, hay hábitos que pueden marcar la diferencia en la prevención de enfermedades:
- Dormir bien: el descanso adecuado fortalece el sistema inmunológico.
- Hacer ejercicio regularmente: mejora la circulación y ayuda a mantener las defensas activas.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura: es importante abrigarse bien al salir y no exponerse a corrientes de aire frío.
Los cambios de temperatura son inevitables, pero con estos consejos podemos minimizar sus efectos en nuestra salud y evitar caer en un molesto resfrío. Con un poco de prevención y cuidado, es posible disfrutar del otoño sin complicaciones.