El partido entre Quilmes y Boca en Mendoza por los cuartos de final de la Copa Argentina fue interrumpido durante 17 minutos en el segundo tiempo por serios incidentes. Un grupo de violentos simpatizantes del “Cervecero” arrojó piedras hacia la platea del “Xeneize”.
No conformes con estos, cruzaron de tribuna superando el vallado perimetral para ir a buscar a los hinchas de Boca. Además de piedrazos y botellazos, los de Quilmes arrancaron las butacas de la platea y las tiraron contra la policía y los hinchas rivales.
El incidente empezó justo cuando Mariano Pavone festejaba el descuento para el equipo de zona Sur. Boca ganaba 3 a 2, pero el conjunto “Cervecero” estaba más entusiasmado. Sin embargo, los hinchas quilmeños dirigieron su objetivo a la platea donde estaban los hinchas “xeneizes” más cercanos.
En este sentido, no se sabe si hubo alguna cargada de los plateístas de Boca, pero estas no pueden ser tomadas como una provocación y como una justificación del repudiable accionar de este grupo de violentos. Además, el encuentro contó con un operativo de seguridad que involucró a 700 policías, pero que no fueron capaces de prevenir este incidente.
Las agresiones no cesaron, pese al pedido de los propios jugadores de Quilmes. A su vez, los piedrazos dejaron herido al jefe de seguridad “cervecero”, Pablo Otero, cuando intentaba acercarse a la popular para frenar a los violentos que no podían ser parar ni con la intervención de los bomberos y sus mangueras a presión.
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