Grupos de activistas fanáticos del presidente saliente, Jair Bolsonaro, quemaron este lunes decenas de automóviles y ómnibuses en Brasilia, para protestar contra la elección de Luiz Inácio Lula da Silva, que fue oficializado por la corte electoral como ganador de las elecciones y en poco más de dos semanas asumirá como Presidente de Brasil.
Un grupo de comandos bolsonaristas intentó ingresar a la sede de la Policía Federal tras la detención de un dirigente indígena aliado de Bolsonaro, por atentados contra el proceso democrático. La policía del Distrito Federal de Brasilia reprimió con gases y balas de goma para evitar la invasión en el edificio de la Policía Federal.
Diversos grupos circulaban por las amplias avenidas de Brasilia haciendo actos de vandalismo, lo que obligó a reforzar la seguridad de Lula en el hotel Meliá 21, donde se encontraba alojado luego de haber sido diplomado esta tarde como presidente electo en una ceremonia en el Tribunal Superior Electoral.
Después de ese acto, Bolsonaro recibió en los jardines de la residencia presidencial, el Palacio de la Alvorada, a centenares de manifestantes que piden que el Ejército dé un golpe de Estado para evitar el tercer mandato del líder del Partido de los Trabajadores.
En ese pequeño evento informal, un cura, al lado de Bolsonaro, alentó a los golpistas a seguir manifestando y llamó a Lula "ladrón". Los fanáticos bolsonaristas se están manifestando desde el 30 de octubre, cuando Bolsonaro fue derrotado en las urnas, en la puerta de los cuarteles del Ejército.
