Luego de la renuncia de la gerente de museos de la ciudad, Victoria Otero, por la polémica que generó la performance "Sirenas en jardines electrónicos" del colectivo artístico Opera periférica, que fue exhibida en el Museo Fernández Blanco el 25 de marzo pasado, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció algunos cambios.
En un comunicado, el Ministerio de Cultura anunció que "se reorganizarán procesos y se redefinirán responsabilidades en cuanto a las programaciones artísticas" de los museos porteños, por lo que la selección de proyectos artísticos será mucho más rigurosa. En el caso de la obra de la polémica, había sido seleccionada en una convocatoria abierta en 2022 por la Dirección General de Museos del GCBA.
A su vez, afirmaron que en este caso no habían presentado "indicios de las escenas que se desarrollaron": "No existió referencia alguna de que la obra debiera tener restricción de edad y utilización de lenguaje explícito. Queremos dejar en claro que no avalamos ni promovemos esta clase de espectáculos que puedan herir u ofender la sensibilidad de muchas personas".
El conflicto surgió a partir de la viralización de un fragmento de la performance, donde se ve a dos bailarines realizando movimientos pélvicos contra el suelo, mientras otro actor hace un monólogo en que contrapone el deseo sexual a la conciencia de la situación económica y social.
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