El humorista Cacho Garay ya había sido imputado por amenazas agravadas por el uso de arma en contexto de violencia de género y por tenencia ilegítima de armas de uso civil. Ahora, suma los delitos de abuso sexual y privación ilegítima de la libertad. Además, le otorgaron prisión domiciliaria.
Su esposa, Verónica Bracamonte, lo había denunciado por un episodio de violencia de género ocurrido en un hotel de Villa Carlos Paz. En su declaración, la mujer describió situaciones violentas recurrentes, abusos sexuales y amenazas con armas. Al allanar la casa de Garay, encontraron dos escopetas, fusiles, una pistola de aire comprimido, un hacha y un machete. En su momento, a pesar de las imputaciones, había quedado en libertad tras pagar una fianza de un millón de pesos.
A este historial, se les sumaron las imputaciones de abuso sexual y privación ilegítima de la libertad. El humorista quedó con prisión domiciliaria. Estas acusaciones vienen a raíz de las declaraciones de Bracamonte con la prensa. "Era obligada a tener relaciones sexuales con otras personas", había dicho.
Finalmente, Garay quedó imputado por: Amenazas agravadas por el uso de arma proferidas en un contexto de violencia de género, tenencia de armas de fuego de uso civil, abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos y privación de la libertad agravada por ser cometida en la persona del cónyuge, todo ello en concurso real y en contexto de violencia de género.
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