La familia y amigas de Milagros Yumila Valdez la buscaban desde el domingo hasta que apareció asesinada en un pozo ciego en una casa de Las Talitas, Tucumán. Eduardo Jaime, de 28 años, confesó haberla asesinado, pero no detalló dónde estaba el cuerpo.
El joven imputado por "abuso sexual y homicidio doblemente agravado por criminis causae" fue el último en ver con vida a la adolescente de 15 años. Habían salido a pasear con una hermana y una amiga de Milagros y en cierto punto la pareja decidió separarse de las dos chicas. Después de ese momento, nadie más que el hombre de casi 30 años la volvió a ver.
Cuando la madre de las adolescentes fue hasta la casa de Jaime y le preguntó por su hija, él dijo que no había estado en su domicilio y la mujer denunció su desaparición en la comisaría de la zona bien entrada la noche del domingo.
La fiscal Mariana Rivadeneria, a cargo de la Unidad de Delitos Complejos, ordenó que se aplicara el protocolo de búsqueda, por lo que policías de la Unidad Regional Norte, al mando del comisario Joaquín Girvaux, comenzaron a buscar a Milagros.
Jaime recién confesó el crimen luego de que la familia de Milagros lo volviera a increpar tras radicar la denuncia. Lo golpearon después de que no les respondiera dónde estaba la joven, por lo que la policía intervino y la fiscalía ordenó el allanamiento de su casa.
Encontraron la tierra del patio removida, pero el cuerpo de Milagros estaba en el pozo ciego de su casa ubicada en el barrio 180 viviendas, en la zona de Villa Mariano Moreno. La policía se llevó detenido al hombre y la autopsia determinó que murió “por causas violentas”, que aún no fueron establecidas con precisión.
El fiscal López Bustos fue quien solicitó la prisión preventiva para el femicida confeso y mandó a peritar muestras, vestimentas y otros elementos de interés para la investigación.
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