“Una de nuestras mejores ministras”. Esa fue la escueta definición que dio anoche Karina Milei al ser consultada por Sandra Pettovello, con quien fuentes del gobierno aseguran que mantiene una agria disputa.
La hermana del Presidente y Secretaria General de la Presidencia es una de las personas que más habría insistido en que la ministra de Capital Humano debe ser sacada del Gobierno porque su presencia está trayendo más costos que beneficios.
Pese a que esa voluntad es compartida por la propia Pettovello, que habría renunciado ya tres veces (la última entre llantos), su continuidad es sostenida por el propio Javier Milei, quien cree que su salida mostraría debilidad. Por ello se empecina en mantener en pie a una ministra que es su “contención emocional” dentro del gabinete y que ha pernoctado ya cinco noches en Olivos.
“Es la mejor ministra de la historia”, dijo ayer el presidente.
La situación de Pettovello, sin embargo, es complicada. Ayer la Cámara Federal ratificó el pedido del juez Casanello y le dio 24 horas al ministerio para presentar un plan de distribución de los alimentos, que incluya toda la información sobre la compra, almacenamiento y actual distribución del stock en bodegas.
Además, Pettovello fue citada por la Cámara de Diputados que buscará fiscalizar los controvertidos procedimientos que este “superministerio” ha dejado a la vista tras el escándalo. La ministra deberá explicar en detalle los contratos de externalización con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y sus presuntos sobresueldos; el caso de los “rugbiers ñoquis”; la disputa con Pablo De la Torre (que respondería directamente a Karina Milei) y las acusaciones de amedrentamiento que pesan sobre sus custodios.
“Todos los problemas que tuvimos tuvieron solución. Pero acá el Gobierno se desdijo. Nunca nos había pasado”, se quejó un referente libertario al portal Infobae, sobre los cambios en las versiones de Capital Humano. Primero aseguraron que los alimentos eran para catástrofes, luego admitieron que estaban parados; negaron que hubiera galpones, que existían; y dijeron que se trataba de alimentos no perecederos, aunque se demostró que sí había stock con fechas de vencimiento. “Esto ya es indefendible”, cerró.
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