Normalmente, el precio de la carne siempre fue un factor más que trascendente en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el INDEC, por lo que su aumento muchas veces se veía reflejado directamente en la inflación. De todos modos, por la baja de consumo, este valor no subió tanto y actualmente se encuentra 15% más barata que hace diez meses, con un consumo que está en su mínimo histórico.
En este contexto, un economista especialista en el sector agropecuario, Franco Artuso, investigó el tema e hizo un trabajo al respecto, en el que vaticinó qué puede pasar con el precio de la carne en los próximos meses. De esta manera, aseguró que la caída real en el precio “disminuyó la incidencia en el índice general de los precios al consumidor y ha contribuido al retroceso de la inflación que se viene observando en este 2024″.
En este sentido, sostuvo que la carne pasó de aportar 2,2 puntos porcentuales a la inflación de diciembre 2023 a aportar apenas 0,11 puntos a la suba de precios hasta 2024. Es por eso que remarcó que de cara a lo que viene el gran interrogante es qué sucederá con el precio de la carne durante los próximos meses, "si tiene margen para seguir bajando y contribuyendo a la desaceleración general de los precios, o si, por el contrario, a partir de ahora comenzará a valorizarse”.

Artuso dijo que si la actividad económica comienza a mejorar, la gente retomaría sus patrones de consumo habituales, lo que llevaría a un aumento de precios de la carne. Y agregó que, en cuanto a la oferta, la producción cayó casi un 9% de forma interanual hasta julio y la hacienda que típicamente abastece al mercado interno se valorizó casi proporcionalmente.
Finalmente, el incremento de la hacienda en pie podría llevar a un mayor valor para la exportación, después de la disminución de aranceles sobre los productos y subproductos cárnicos, lo que desembocaría en una suba de precios en el mostrador en los próximos meses.