De acuerdo con un estudio de la Asociación Argentina del Presupuesto (ASAP), el proyecto de Presupuesto 2025 que elaboró el Gobierno proyecta una inflación por debajo de la que realmente habrá el próximo año.
Al proyectar una inflación menor a la real, el Gobierno calcula un aumento del gasto menor al que debería aplicar para mantener el nivel de las partidas. De esta manera, se espera que la inflación licúe el ingreso destinado a los diferentes sectores por lo que durante el año tendrán un presupuesto real menor al estimado en el proyecto.
En concreto, el Gobierno prevé para el 2025 un gasto primario de $105,9 billones, mientras que para el cierre del 2024 estima que se ubicará en $78,5 billones. De cumplirse las proyecciones inflacionarias del Presupuesto 2025, eso implicaría un incremento del gasto de 5,9% en términos reales.

Al mismo tiempo, el proyecto estima que la inflación de 2024 será de 104%, pero para que esto ocurra el IPC de octubre, noviembre y diciembre debería arrojar un 0,5% por mes, algo que difícilmente suceda. Esto significa que el gasto está subestimado, lo que le permite al Gobierno mostrar un incremento de las partidas que en realidad no ocurrirá.
De este modo, de cumplirse el pronóistico inflacionario estipulado en el proyecto de Presupuesto 2025, en lugar de haber una expansión del gasto el año próximo se mantendría igual que el actual, en términos reales. Ahora bien, si la inflación termina de 2025 termina siendo más alta, entonces la variación de gasto será negativa.