Cada 8 de enero, miles de fieles de todo el país conmemoran el Día del Gauchito Gil, uno de los símbolos populares más venerados de la Argentina. La devoción por esta figura trasciende lo religioso y se manifiesta en santuarios colmados de banderas y velas rojas, especialmente en la ciudad correntina de Mercedes, donde se encuentra su santuario principal.
Antonio Plutarco Cruz Mamerto Gil Núñez, conocido como el Gauchito Gil, nació alrededor de 1840 en Pay Ubre, cerca de Mercedes, provincia de Corrientes. Cuenta la historia que, tras participar en la Guerra de la Triple Alianza, fue reclutado para luchar contra los federales. Sin embargo, decidió desertar, lo que lo convirtió en un fugitivo.
La leyenda se teje entre datos históricos y relatos populares. Se dice que Gil era un hombre carismático, que amaba los bailes y las fiestas, y que su figura era tanto temida como admirada. Su deserción, sumada a una disputa amorosa con un comisario poderoso, lo puso en la mira de las autoridades. Pero su historia no termina en su captura.

El mito más conocido cuenta que, antes de ser ejecutado, Gil le dijo a su verdugo, un hombre de apellido Zalazar, que rezara por la salud de su hijo enfermo. Al regresar a su casa, Zalazar encontró a su hijo al borde de la muerte y, desesperado, oró al Gauchito Gil. Milagrosamente, el niño sanó. A partir de entonces, el pueblo comenzó a venerar a Gil como un santo popular.
Por qué se celebra el Día del Gauchito Gil el 8 de enero
Gauchito Gil nació en la provincia de Corrientes cerca del año 1840 y fue asesinado el 8 de enero de 1878 a unos 8 kilómetros de la misma ciudad. Por eso, cada 8 de enero se conmemora su día.

Hoy, aunque no es reconocido oficialmente por la Iglesia Católica, el Gauchito Gil es considerado un intercesor para quienes necesitan ayuda en temas de salud, trabajo o amor. Su imagen está presente en rutas, santuarios improvisados y altares caseros, siempre acompañada de ofrendas y pañuelos rojos.
La celebración del 8 de enero en Mercedes es un fenómeno cultural y espiritual. Miles de peregrinos llegan cada año para rendirle homenaje, encender velas y agradecer los milagros recibidos. El Gauchito Gil no es solo una figura religiosa: es un símbolo de esperanza para los desamparados y un testimonio de la fuerza de la fe popular en la Argentina.
