Este lunes 10 de febrero arrancó con un calor agobiante y una máxima que podría tocar los 39 grados en la capital y alrededores: ¿cuándo llega la lluvia?
El calor está insoportable: medio país sigue bajo alertas roja, naranja y amarilla por las altas temperaturas, y en al menos once provincias el termómetro ya superó los 40 grados, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Pero la buena noticia es que falta poco para que todo esto quede atrás. Se vienen lluvias y tormentas, y con ellas, un respiro del calor extremo.

Cuándo llega la lluvia a Buenos Aires
Todavía hay que seguir tomando precauciones para evitar golpes de calor: hidratarse bien, no exponerse al sol en las horas críticas, usar ropa liviana y tratar de mantener los espacios frescos. Sin embargo, el alivio está a la vuelta de la esquina.
Según el SMN, a partir de mañana martes 11 de febrero la ola de calor se despide. La máxima caerá a 26 grados y la mínima será de 21. Además, hay hasta un 70% de probabilidades de lluvia durante toda la jornada, lo que ayudará a refrescar el ambiente.

Desde el miércoles en adelante, la temperatura volverá a subir un poco, pero sin llegar a los niveles extremos de los últimos días. Para la segunda mitad de la semana, las máximas oscilarán entre los 26 y los 28 grados.
Pronóstico extendido para Buenos Aires
- Martes: Máxima de 26°C, mínima de 21°C. Lluvias y tormentas durante todo el día.
- Miércoles: Máxima de 26°C, mínima de 21°C. Cielo mayormente nublado.
- Jueves: Máxima de 28°C, mínima de 21°C. Algo nublado.
- Viernes: Máxima de 28°C, mínima de 22°C. Tiempo estable.
El día más caluroso en la historia de Argentina
Aunque estos días se sintieron extremos, no se acercan al récord histórico de temperatura en el país. En Buenos Aires, la máxima más alta registrada fue de 43,3 grados el 29 de enero de 1957. Sin embargo, el récord absoluto de calor en Argentina lo tiene Villa María del Río Seco, en Córdoba, donde el 2 de enero de 1920 el termómetro llegó a los 49,1 grados, la temperatura más alta registrada en todo Sudamérica.

Ahora sólo queda esperar a que el agua traiga el respiro tan esperado y que la ciudad vuelva a una temperatura un poco más amigable.