Manuel Adorni, vocero presidencial del gobierno de Javier Milei, está evaluando introducir una nueva herramienta en las conferencias de prensa que se realizan habitualmente en la Casa Rosada. La propuesta, que busca moderar las intervenciones del periodismo, incluiría un botón que permitiría silenciar el micrófono de los periodistas acreditados, limitando así su participación en las conferencias. Si se implementa, esta medida representaría una nueva restricción para la prensa en el actual gobierno.
En sus declaraciones, Adorni subrayó que "el espíritu es el de la libertad y no el de la censura", intentando despejar dudas sobre las posibles limitaciones al ejercicio del periodismo. Sin embargo, la propuesta ha generado preocupación en algunos sectores, que la interpretan como un intento por controlar el flujo de información y evitar los extensos cruces que suelen darse entre la prensa y el vocero presidencial durante las conferencias.
La iniciativa de Adorni también incluye la modificación del atril en el centro de la sala de conferencias de la Casa Rosada, que se adaptaría para incorporar el botón que permitiría silenciar el micrófono de los periodistas. Esta medida surge luego de varios episodios que generaron controversia en las redes sociales, donde se viralizaron intercambios tensos entre el vocero y los medios.

Además de esta propuesta, Adorni expresó su descontento con los ruidos que interrumpen el desarrollo de las conferencias. Por eso, su equipo solicita que los celulares de los presentes estén en "modo silencioso", con el fin de garantizar el normal transcurso de las disertaciones matutinas.
El Gobierno y Adorni en el espejo de Trump
Este cambio se suma a una serie de modificaciones que el gobierno de Milei busca implementar desde marzo. Entre ellas, destaca la introducción de un nuevo "código de vestimenta", que exigirá a los hombres usar saco y corbata durante las conferencias. La administración libertaria también mostró interés por imitar el modelo de comunicación adoptado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien, durante su mandato, permitió la inclusión de influencers y personalidades de redes sociales en las conferencias de prensa de la Casa Blanca.
En línea con esta idea, el gobierno argentino ha comenzado a acreditar a figuras del mundo digital, como el youtuber libertario Mariano Pérez, quien con su canal Break Point cuenta con casi un millón y medio de suscriptores.

Además, Adorni y su equipo proponen limitar el acceso a la Casa Rosada solo a periodistas que tengan una "relación de dependencia" con los medios, en un intento por regular el perfil de quienes cubren las actividades del gobierno. Según explicaron fuentes oficiales, esta medida también busca mejorar las condiciones laborales de los periodistas, a través de la inclusión en el sistema de aseguradoras de riesgo de trabajo (ART).
Críticas a la relación con la prensa
En medio de esta serie de medidas, el gobierno libertario ha enfrentado críticas por su relación con la prensa. Un reciente ejemplo de estas tensiones se dio el 1 de marzo, durante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, cuando, por orden de Karina Milei, se impidió el ingreso de fotógrafos al recinto y se retiró a los periodistas de los palcos. Esta decisión generó la condena del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), que denunció las dificultades que el gobierno impuso a los periodistas para realizar su trabajo en el Congreso.
Este tipo de medidas, que se inscriben dentro de un enfoque más restrictivo de la libertad de prensa, refleja la creciente tensión entre el gobierno de Milei y los medios, que ya ha generado repercusiones tanto en la Argentina como a nivel internacional. La situación recuerda a las decisiones de otros líderes como Donald Trump, quien también buscó restringir el acceso de la prensa a sus actos oficiales, en un intento por tomar control de la narrativa en sus comunicaciones oficiales.
El debate sobre el botón silenciador y otras restricciones a la prensa se presenta como un nuevo capítulo en la relación entre el gobierno y los medios de comunicación en Argentina, un tema que promete continuar siendo un punto de fricción en el futuro cercano.