Este martes, Facundo Manes presentó una denuncia penal contra Santiago Caputo por el delito de amenazas coactivas, luego de que el asesor presidencial lo abordara violentamente en los pasillos del Congreso el día de la apertura de sesiones ordinarias. En su presentación, el diputado reconstruyó la secuencia y argumentó que el denunciado actuó bajo “una decisión clara, fría y sin mareos emotivos del momento”.
Mientras Javier Milei pronunciaba su discurso ante la Asamblea Legislativa el sábado pasado, Facundo Manes exhibió un ejemplar de la Constitución y lanzó algunas críticas al presidente, por lo que, ya desde el palco que ocupaban, Santiago Caputo y otros seguidores del Gobierno comenzaron a gritarle. Luego, ambos protagonizaron el cruce que circuló ampliamente por medios y redes sociales, en el que Caputo y sus acompañantes agredieron al diputado.
Es por esto que, este martes, el legislador presentó una denuncia formal. El radical expresó que “una situación fue cuando el señor Santiago Caputo gritaba desde el palco” y “otra muy diferente y claramente delictiva fue cuando ya finalizado el discurso presidencial, deliberadamente tomó la decisión de ir en mi búsqueda (...) bajando las escaleras, tomando por el pasillo para encontrarme y encararme a la vista de todos y repetirme al oído comentarios con clara connotación amenazante”.
Además de denunciar, Manes pidió ser querellante y solicitó protección para su familia. “Las frases: ‘No sabes quién soy. O vos vas a conocerme’ me generan angustia, preocupación, temor y desazón”, detalló el legislador. Además, resaltó “el poder que exhibe Santiago Caputo”, quien “tiene real influencia en organismos relevantes vinculados al Poder Ejecutivo Nacional, como ser la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) y ARCA (ex AFIP), entre otros”. Agregó que, a través de esos organismos, podría ejercer la persecución en su contra.
“Se trata de amenazas coactivas, toda vez que es dable concluir que se llevaron a cabo para intimidar a un Diputado Nacional (lo que constituye, además, una inconstitucional intromisión en el desempeño de un legislador en los términos previstos por el art. 68 de la Constitución argentina) con el fin de que ese Diputado deje de hacer algo, en este caso, que deje de hacer críticas en el marco de su función, a autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, entre ellos —se entiende— el Presidente de la Nación. Y, a su partir, una suerte de disciplinamiento al resto de los legisladores no partidarios”, redondeó Manes.
La reconstrucción de los hechos según la denuncia de Manes
Al referirse al cruce en el pasillo una vez terminado el discurso de Milei, el diputado relató: “En dichas circunstancias (las imágenes lo grafican muy bien), el Señor Caputo se puso a mi lado e hizo un acercamiento cara a cara muy intimidante. Luego, levantó su mano derecha y la colocó sobre mi rostro, en otra clara y evidente actitud hostil, para después acercar su boca a mi oído y decirme en tono amenazante: ‘Vos para hacer lo que hiciste, tenés que estar limpio’”.
A esto, dijo haber respondido “Yo estoy limpio”, frente a lo cual Caputo respondió “Vos no me conocés a mí”. Y siguió: “Yo respondí ‘Yo te conozco’, a lo que él insistió para finalizar ‘Ya me vas a conocer a mí’. Antes de que se vaya, alcancé a decirle ‘¿Por qué me amenazás?’ Estas frases -intimidatorias y amenazantes- ya las había escuchado cuando gritaba desde el palco: me refiero a expresiones como ‘Ya vas a saber quién soy’ y otras por el estilo”.

Además, Manes destacó que fue golpeado: “Así como llegó, impetuosa y abruptamente, acompañado por el séquito de personas que nos rodearon cuando Caputo habló, antes de retirarse me dio dos fuertes palmadas con su mano derecha en el pecho. En esos mismos instantes, una persona que lo acompañaba se abalanzó sobre mí, tapando una cámara, y me ‘pechó’. Fue ahí cuando sentí por detrás dos golpes en la zona renal de mi cuerpo que me propinó alguno de los acompañantes de Caputo, a quien no pude ver o identificar. Diría de los comúnmente llamados ‘cortitos’”.
Frente a la denuncia, diferentes figuras del Gobierno, como Guillermo Francos, restaron importancia al episodio y defendieron a Santiago Caputo.