El desarrollo de avances científicos es una constante del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que busca llevar la mayor cantidad de soluciones posibles a los productores y es por eso que hoy se encuentra trabajando en una nueva vacuna anti aftosa con una revolucionaria tecnología.
Así, en asociación con el National Research Council de Canadá (NRCC) y Bioinnovo – empresa de base tecnológica conformada por el INTA y Vetanco SA –, el organismo público se encuentra trabajando en la primera vacuna contra el virus de la fiebre aftosa que no utiliza material infectivo en su proceso de manufactura.
“Se trata de una solución segura, eficaz y con perspectivas de posicionarse como una alternativa superadora en cuanto a requerimientos de seguridad y versatilidad”, aseguró el director de Incuinta y Bioinnovo, Andrés Wigdorovitz.

Según explicó el especialista, esta “es la primera vacuna contra la fiebre aftosa en células de mamífero en no utilizar material infectivo en ninguna etapa del proceso productivo”, agregó, y destacó que “el proyecto de una vacuna recombinante para el tratamiento de la fiebre aftosa comenzó hace más de diez años en el Instituto de Virología y fue protegida por una patente a fines del año 2022”.
Por su parte, Marianela Dalghi, investigadora en Bioinnovo y responsable actual de liderar el proyecto, indicó que “su fórmula basada en cápsides vacías recombinantes (o VLPs, del inglés Virus-Like Particles) hace que no sean necesarios procesos exhaustivos de purificación para eliminar proteínas no estructurales del virus y permite fácilmente discriminar animales infectados de vacunados (DIVA)”.
En ese sentido, al no utilizar virus infectivo en ninguna de las etapas de producción, “la fabricación de nuestra vacuna no está sujeta a las limitaciones nacionales e internacionales de manejo de cepas virales”, subrayó Dalghi.
Además, destacó que “ofrece gran potencial para diversificar los portfolios vacunales, alcanzar nuevos mercados, expandir los bancos de antígeno, potenciar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias en el país y agilizar el desarrollo de vacunas contra cepas virales emergentes”.
En la búsqueda de un socio internacional para la vacuna anti aftosa
En los últimos dos años de trabajo, Bioinnovo logró validar la tecnología desarrollada a escala preindustrial, y avanzar en la elaboración de la documentación necesaria para su registro.
En este sentido, la firma está trabajando, en esta etapa, en la búsqueda de un socio internacional. “Este trabajo se está realizando en forma articulada con Cancillería de la Nación de forma muy alentadora, para llevar la tecnología a la etapa de lanzamiento comercial dentro de 2 a 4 años, y con un producto que sea innovador, seguro y tan eficaz como las mejores vacunas disponibles actualmente”. subrayó Wigdorovitz.

Por su parte, Jorge Winokur, presidente de Bioinnovo y Vetanco, indicó que desde Bioinnovo y su socio comercial Vetanco "seguimos invirtiendo en plataformas de vacunas bioseguras para abastecer al mundo en el control de brotes de variantes exóticas”.
Esta política de manipulación segura de materiales va acompañada de los productos de la plataforma Biotech para inmunidad de las mucosas y la línea Vedevax de vacunas dirigidas. “Estamos orgullosos de contar con un equipo comprometido de investigadores, innovadores y técnicos”, concluyó.
El peligro de la aftosa
La fiebre aftosa es la primera barrera en la comercialización internacional de productos agropecuarios. Los brotes de la enfermedad tienen un gran impacto económico y social a nivel global, por lo que se estima que en las regiones endémicas las pérdidas anuales asociadas a esta enfermedad son de entre US$ 8,4 y 27,3 billones, indicó el INTA.

Recientemente se reportaron brotes en animales salvajes en Alemania y en bovinos en Israel, a los que se sumó en las últimas horas Eslovaquia, que confirman los riesgos e importancia de contar con estrategias preventivas para esta enfermedad.
Para prevenirla existen vacunas efectivas que emplean material infectivo en el proceso de producción. Muchos países deciden no tener plantas productivas de la vacuna dentro de sus territorios o prohíben trabajar con cepas diferentes a las de circulación regional, restringiendo la producción al mercado local.