Con sus patas extendidas puede medir más de quince centímetros la Phoneutria nigriventer, más conocida como la araña errante brasileña, es una de las más venenosas del mundi. Pero además de ser temida por su toxicidad letal, guarda un secreto que sorprendió a más de un científico: su picadura puede provocar una erección tan prolongada como dolorosa. Sí, así como leíste.
Aunque suene a mito urbano o a chiste de sobremesa, el efecto es real y tiene nombre médico: priapismo. Es decir, una erección que puede durar más de cuatro horas, pero no por placer, sino como señal de un cuadro de envenenamiento severo.
Según registros médicos desde los años ‘70, el veneno de esta araña no solo genera un dolor intenso, salivación y sudoración, sino también erecciones que podrían derivar en fallos multiorgánicos si no se tratan de urgencia.

La araña errante brasileña: de veneno letal a uso terapéutico
Ahora bien, ¿cómo pasamos del susto a la esperanza? En 2008, un grupo de científicos logró identificar al culpable de este fenómeno: un péptido del veneno llamado PnTx2-6, que actúa de una forma muy diferente a los tratamientos clásicos para la disfunción eréctil como el Viagra. En vez de bloquear una enzima, este compuesto activa directamente la liberación de óxido nítrico, una molécula clave para relajar los vasos sanguíneos del pene.
Este descubrimiento puso en alerta a la comunidad médica. No por el susto, sino por la chance de encontrar una solución para un problema común: cerca del 30% de los pacientes con disfunción eréctil no responde a los medicamentos actuales. El problema, claro, es que usar el veneno de la araña directamente sería como apagar un incendio con nafta: el riesgo y el dolor lo hacen inviable.

Pero la historia no termina ahí. En 2022, el mismo equipo científico presentó un nuevo compuesto: PnPP-19, un péptido sintético que imita lo bueno del veneno (su efecto sobre la erección) sin lo malo: ni dolor, ni toxicidad. Además, puede aplicarse por vía subcutánea, intravenosa o incluso en crema.
Hasta ahora, las pruebas fueron exitosas en ratones, y aunque todavía falta para que se apruebe su uso en humanos, los resultados entusiasman. Este desarrollo demuestra cómo incluso las criaturas más peligrosas pueden esconder pistas para mejorar nuestra salud.
Así que sí: la picadura de la araña errante brasileña puede dejarte en una situación bastante complicada. Pero su veneno, en las manos correctas, podría convertirse en la base de tratamientos que ayuden a millones de personas. Porque a veces, hasta la naturaleza más letal guarda un as bajo la manga.