El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) es sinónimo de innovación, pero no solo para mejorar el rendimiento de los cultivos, sino también para facilitarle el trabajo a los productores.
Es por eso que en medio de esta ola polar, presentaron un bebedero para el ganado que evita que el agua se congele, incluso si llegara a hacer -22°C.
Es así que técnicos del INTA Los Antiguos de Santa Cruz y de la Estación Experimental de Balcarce desarrollaron el Bebedero Térmico Ovino (BeTO), que funciona con energías renovables, mejora el bienestar animal en condiciones extremas y facilita el trabajo del personal de campo.

"Su implementación cumple con principios clave de la ganadería climáticamente inteligente, lo que permite el acceso al agua a demanda durante el invierno", explicaron desde el INTA.
Según comentó el jefe de la Agencia de Extensión Rural Los Antiguos, Santiago Arhancet, “el Bebedero Térmico Ovino ha demostrado su eficacia en temperaturas extremas de hasta -22 °C, fue probado en condiciones reales en un establecimiento ganadero del noroeste de Santa Cruz. Los ensayos demostraron la viabilidad del prototipo y la rápida aceptación por parte de los animales”.
“El dispositivo utiliza energías renovables para funcionar y entrega el agua a demanda. El bebedero comienza a llenarse en cuanto las ovejas se acercan y tienen en poco más de un minuto 200 litros a disposición, sin interrumpirse la carga”, describió el especialista.
A su vez, el dispositivo viene a dar solución a una problemática de la ganadería en zonas frías que no solo afecta a los animales que no disponen de bebida a voluntad, sino también al personal de los establecimientos que tienen que romper, en forma manual, el hielo de los bebederos varias veces durante las jornadas de trabajo.
“Cada vez que el agua se congela, hay que sacar los bloques de hielo y descartarlos, por lo cual este prototipo busca también contribuir al cuidado del recurso hídrico”, indicó Arhancet.
INTA y la transferencia de tecnología
Según explicaron desde el INTA, el proceso para la obtención de la patente se inició en febrero de 2024, cuando el organismo presentó la solicitud al Instituto Nacional de Propiedad Industrial, diferenciando el prototipo de más de 120 proyectos similares a nivel global.

Arhancet destacó que “contar con la patente, nos permite avanzar en uno de los puntos que más nos importa, que los productores puedan acceder a la tecnología, es decir llegar a un producto que esté disponible en el mercado”.
Actualmente, se trabaja en acuerdos de transferencia tecnológica con una empresa regional que posee capacidad de producción comercial, con el objetivo de llevar esta innovación al mercado.
El desarrollo de esta tecnología ha sido posible gracias al trabajo conjunto de técnicos de la Agencia de Extensión Rural Los Antiguos y del grupo de Internet de las Cosas de la Estación Experimental Agropecuaria Balcarce.
Además, contó con el apoyo financiero del Instituto de Promoción de la Ganadería de Santa Cruz (IPG) y la contribución de materiales por parte de la Asociación Agrícola Ganadera del Noroeste de Santa Cruz y productores privados.