El periodista Matías Martin se unió al grupo de entrevistados que le responden una entrevista a Patricio Barton mientras hacen el asado dominguero. Barton lo sorprendió asando la carne en una parrillita a gas, "bien palermitana", le tiró.
"Bueno vivo en Palermo y palermitano se convirtió casi en un insulto", se rió Martin. "No estaba para meter el carbón, es una parrilla chiquita para nosotros que somos cuatro".
En este mismo tono, hablaron del proceso de des contractura que ha experimentado el periodismo nacional durante los últimos años. "He tratado de sacarle solemnidad al periodismo. El periodismo anterior al mío era de traje y corbata. Había que disfrazarse, vestirse de gala para ir a la cancha. Me parece que eso cambió. No sólo en la vestimenta, sino en el lenguaje y la comunicación. Los periodistas pasaron a ser los amigos de los jugadores, los representantes de los hinchas", dijo.
He tratado de sacarle solemnidad al periodismo. El periodismo anterior al mío era de traje y corbata. Había que disfrazarse, vestirse de gala para ir a la cancha. Me parece que eso cambió. No sólo en la vestimenta, sino en el lenguaje y la comunicación".
Martin, además, habló de su aproximación a la política. "Me aburre un poco, pero la sigo. Leo y me enojo, pero con una dosis de descreimiento y de cansancio también. Hay una cosa de desilusión permanente. Hay momentos en que pensás que ya te acostumbraste a todo esto", sostuvo.
Y cuestionó la radicalización de la grieta: "Si a Larreta lo consideran un comunista, entonces yo soy un montonero. No me identifico en tener que militar los cambios siempre. La grieta me aburre".
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