En Suiza se está analizando usar una cápsula impresa en 3D llamada Sarco para facilitar la eutanasia. En ese país, la muerte asistida es legal desde los años 40 y este método no presenta "el menor problema legal" para implementarse, según destacó su creador.
Sarco es una cápsula impresa en 3D diseñada para facilitar la eutanasia y su creador espera que el próximo año ya esté disponible en Suiza "a menos que surgieran dificultades imprevistas": "Ha sido un proyecto muy costoso hasta ahora, pero creemos que estamos muy cerca de ponerlo en marcha", afirmó Philip Nitschke, creador de la máquina.
En 2020 unas 1.300 personas llevaron adelante esta decisión, según datos oficiales. Actualmente, se realiza por medio de la ingesta de una medicación y con la intervención de médicos que recetan la misma, Sarco propone una muerte pacifica sin sustancias y con menos involucrados.
“El año pasado, buscamos asesoramiento legal de alto nivel sobre el uso de Sarco para muerte asistida en Suiza. La evaluación ya fue concluida y nos sentimos muy satisfechos con el resultado porque confirmó que no habíamos pasado ningún detalle por alto. No existe el menor problema legal”, agregó.
Este método propone que el paciente ingrese en la cápsula con paneles transparentes. La persona tiene que digitar un código para que el dispositivo comience a liberar nitrógeno, adormeciéndolo. Además, gracias a su forma, el paciente puede ser sepultado en la misma cápsula.
“La muerte se producirá por hipoxia e hipocapnia, es decir, por la privación de oxígeno y dióxido de carbono, respectivamente. No hay pánico ni sensación de asfixia”, aseguró Nietschke.
La ley respalda el suicido asistido en Suiza siempre que no sea por motivaciones egoístas y el Tribunal Federal suizo estableció en 2006 que toda persona en uso de sus capacidades mentales tiene el derecho a decidir sobre su propia muerte.
En 2020 unas 1.300 personas llevaron adelante esta decisión, según datos oficiales. Actualmente, se realiza por medio de la ingesta de una medicación y con la intervención de médicos que recetan la misma, Sarco propone una muerte pacifica sin sustancias y con menos involucrados.
