Tras la desregulación impuesta por el Gobierno a principios de este mes, las empresas de micros suspendieron la gratuidad de los pasajes por discapacidad.
Mi respeto no es solo hacia ella, sino hacia quienes la siguen. Hacia sus militantes, sus organizaciones, sus simpatizantes, su fidelidad inclaudicable. Mi envidia, sana pero envidia al fin, va para quienes no sienten hoy esa orfandad política que muchos otros sí sufrimos.