Por Gabriel Barbagallo
La resiliencia y la memoria son dos grandes pilares de la sustentabilidad. Cuando una persona se expone a un suceso traumático, de cualquier índole, un desastre natural, una pandemia, un accidente, una pérdida irreparable o una guerra puede desarrollar lo que en medicina denominamos: síndrome postraumático.
Es una falla en la adaptación a esa exposición y puede manifestarse de cuatro formas diferentes: reviviscencia, que es tendencia a volver permanentemente al pasado, mediante pesadillas y pensamientos intrusivos que generan mucho miedo; evasión, que lo lleva a evitar lugares o pensamientos que le desencadenan estrés; hipervigilancia que irrita, tensiona y produce insomnio en el paciente y, por último, trastornos cognitivos y anímicos como son las alteraciones de la memoria, el pesimismo, la poca concentración y el escaso interés en las cosas.
El tratamiento de síndrome postraumático se apoya en dos estrategias, las terapias psicológicas y las farmacológicas. Entre las psicológicas, contamos con técnicas de exposición o de entrenamiento, tanto cognitivas como conductuales. Y las farmacológicas, en el uso principalmente de antidepresivos. Muchos estudios asocian al estrés postraumático con el abuso adictivo de drogas y la ideación de suicidio.
La guerra de Malvinas duró 74 días y dejó un saldo de 650 soldados argentinos y 255 británicos caídos en los teatros de operaciones, pero existe un importante número de veteranos de guerra fallecidos luego del conflicto (se calcula más de 2300). Según se estima, la cantidad de soldados que fallecieron a causa de suicidios, es de tal magnitud, que puede equipararse a los caídos la guerra. Una Asociación que representa a los veteranos de Reino Unido, afirma que era "casi seguro" que el número de suicidios de ex combatientes ingleses supera la cifra de muertos en el conflicto. La misma asociación británica culpó principalmente de las muertes a la falta de atención a las personas que sufren el trastorno de estrés postraumático. Suena conocido, ¿no?
En la guerra mueren personas, pero muchas también en la posguerra. La de Malvinas duró 74 días, pero hoy que cumplimos 40 años, las heridas aún siguen abiertas. Los veteranos, si bien consiguieron hacer valer algunos derechos, aún no tienen la atención integral, ya sea médica, social, psicológica y económica, que merecen. Y se lo merecen por haber puesto la vida en juego contra una potencia de manera asimétrica, en un ambiente helado, lejos del continente, al tiempo que los demás mirábamos un mundial de futbol en el living de casa mientras rogábamos…que no bombardeen Buenos Aires.
Gabriel Barbagallo-Médico MN:66016
Extraído de la columna Lado B del Programa Fuerza natural
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