Gabriel "Nicolás" Carrizo, el líder de la llamada "banda de los copitos", terminó de declarar en Comodoro Py por el intento de asesinato contra la vicepresidenta Cristina Kirchner. Negó su participación en planificación y participación en el atentado, hechos por lo que lo imputaron, y dijo que a los principales acusados "los conocía hace tres meses".
En su celular encontraron una conversación que mantuvo con una familiar algunas horas después del intento de homicidio. Ahí, le indicó que "esto no tendría que haber salido así, le di un arma y se le trabó". En su declaración explicó que se trató de "un chiste sacado de contexto", porque la familiar en cuestión es kirchnerista, y quería molestarla.
Carrizo dijo que nunca estuvo en las inmediaciones de la casa de Cristina ni planificó el atentado.
Su abogado, Gastón Marano, pidió la nulidad de esa prueba alegando que "no correspondía" porque el celular había sido entregado voluntariamente hace diez días, más de una semana antes de ser detenido. La defensa dijo que pidieron que esa familiar declare como testigo en la causa. Sin embargo, el fiscal Carlos Rívolo señaló que las pericias comprobaron que había tenido participación en el hecho.
En un momento, el cuarto detenido de la causa que investiga la tentativa de homicidio, se largó a llorar y dijo que fue a dar la entrevista para Telefé "porque Brenda me había dicho que no estuvo ese día" (en Juncal y Uruguay), y que se comprobó que Uliarte efectivamente había estado se dio cuenta que le mintió.
Otra de los hechos que podrían involucrar a Carrizo es una foto de una persona con barbijo el 27 de agosto en las cercanías del edificio de la vicepresidenta. "Dijo que no es él y que ese día estuvo en Tigre vendiendo copos de azucar. Para acreditar eso vamos a pedir una triangulación de llamadas y aportar información sobre los datos del viaje para corroborar lo que dijo", sostuvo Marano.
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