El viernes a las 21, Javier Milei va a encabezar la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso y el recinto se está preparando para el evento. Particularmente lo que más llama la atención de quienes trabajan ahí es el operativo de seguridad que se está montando. "Es una especie de estado de sitio dentro del Congreso. No ocurrió nunca antes", contó un empleado que trabaja hace años en el edificio parlamentario.
Un texto virtual de tres páginas circuló entre la seguridad interna y la Policía Federal explicando el protocolo, algo que no es habitual. Además, el mismo prohíbe que todos los empleados circulen por el edificio, incluyendo a mayordomos y personal de maestranza. Nadie podrá tampoco entrar al recinto, al estrado o a los palcos. La prensa tampoco va a tener habilitación para circular libremente, solo podrán ubicarse en el corralito asignado.
Entre los empleados del Congreso ya hay molestia, disgusto y sorpresa por el cambio de horario de la apertura de sesiones. Este acto siempre se hizo al mediodía y luego se dictaba un asueto por el resto del día. Esta vez, convocaron a empleados de los turnos mañana, tarde y noche, seleccionados, con una expectativa de regreso a sus casas pasada la medianoche.
Más allá de esto, lo que más llama la atención es el artículo 5 del texto: “El personal de las comisarías del Senado y Diputados coordinará con el señor Jefe de la Casa Militar y las fuerzas de seguridad policial el estricto cumplimiento de esta resolución”. Esto significa que las fuerzas de seguridad van a estar a cargo de la seguridad interna del Congreso, algo que nunca había pasado. Por otro lado, el artículo 7 indica que "todo empleado que no cumpla con estas disposiciones se hará pasible de las sanciones disciplinarias que se considere necesario aplicar”. De esto tampoco hay antecedentes.
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