El miércoles el oficialismo jugará a todo o nada. Esta semana, los senadores decidirán si por fin se aprueba la Ley Bases y la reforma fiscal. Milei necesita que los proyectos retornen a Diputados rápido y se sancionen antes de fin de mes. Pero el panorama no es el ideal: la Cámara Alta está partida en tres partes: la bancada peronista, con 33 integrantes, los libertarios y el PRO, que juntos son 13, y en el medio la UCR, el peronismo disidente y los bloques provinciales, es decir los dialoguistas, que suman 26 senadores.
En este contexto, y de manera muy ajustada, el Gobierno podrá obtener 36 votos a favor en la general y 33 votos en contra, todos de la bancada de Unión por la Patria.
Los tres votos en duda
Por un lado, Natalia Gadano y José María Carambia. Los santacruceños ya dieron señales de tener autonomía del gobernador al que intentan cerrar desde el Ejecutivo, regalías mineras mediante.

Por otro: Martín Lousteau. El senador radical presentó su propio dictamen que va contra las facultades delegadas, busca incluir el financiamiento universitario y que las jubilaciones contemplen la inflación de diciembre 2023. En las últimas horas comenzó a crecer la expectativa sobre el posible acompañamiento de senadores del peronismo para frenar el avance de la normativa de Milei.
Cristina Fernández de Kirchner también juega y trazó una estrategia desde Unión por la Patria para que no haya quórum. Si no lo consigue, buscará voltear artículos y sumar presión después a Diputados.
En caso de empate, desempata Villarruel... o Abdala

Estas son horas de ansiedad en el Gobierno. Hay temor de que se repita lo sucedido en Comisión, cuando creyeron tener cerrados los acuerdos necesarios y se cayeron al momento del dictamen.
En caso de empate, va a desempatar Victoria Villarruel, o el presidente provisional del Senado Bartolomé Abdala ya que si Mieli viaja al G7, la vicepresidenta quedará cubriendo ese rol. De todos modos, esta situación no comprometería los votos del oficialismo porque el libertario puntano podrá votar a favor y en caso de ser necesario, también desempatar.
Pasada esta instancia, tocará el turno de la votación en particular donde ahí sí, el Gobierno tendrá más cantidad de votos en contra.