El directorio del FMI aprobó la octava revisión de metas en el marco del programa de Facilidades Extendidas que mantiene con Argentina y desembolsó los US$800 millones pautados. A partir de ahora, el Gobierno buscará avanzar de manera formal en un nuevo acuerdo con el organismo.
"El programa sigue firmemente encaminado, habiéndose cumplido con margen todos los criterios cuantitativos de rendimiento para finales de marzo de 2024" dice el comunicado oficial, en una clara señal del respaldo al Gobierno.
De todas maneras, el organismo volvió advertir sobre la necesidad de mejorar la calidad del ajuste. "Para mantener el progreso es necesario mejorar la calidad del ajuste fiscal, dar los primeros pasos hacia un marco mejorado de política monetaria y cambiaria, y aplicar reformas para desbloquear el crecimiento, el empleo formal y la inversión".
"También será necesario proseguir los esfuerzos para apoyar a los más vulnerables, ampliar el apoyo político y garantizar la agilidad en la formulación de las políticas", informa el documento.
Del acuerdo actual con el FMI quedan pendientes aún dos revisiones más: una en agosto y la última en noviembre, con sus consecuentes desembolsos. Tras ello, culminaría la etapa actual a la que le seguiría la devolución de los prestado.
Sin embargo, la octava aprobación, el Gobierno busca encarar las negociaciones formales de un nuevo acuerdo que contemple un préstamo adicional de fondos. El eje de la discusión girará en torno a la política monetaria y cambiaria.
Caputo quiere un nuevo acuerdo que le permita recibir dinero extra para avanzar con la salida del cepo cambiario. De acuerdo con evaluadores del mercado, el préstamo necesitaría un máximo de US$15 millones para cumplir con dicha expectativa, aunque se espera que para dicho préstamo podrían sumarse otros organismos y el crédito no provenga exclusivamente del FMI.
Por su parte, el Fondo tiene en la mira un nuevo esquema monetario, algo de lo cual el propio Milei ya mencionó: se buscaría avanzar hacia una competencia de monedas. El organismo ejemplificó con Perú y Uruguay como casos testigo.
La discusión girará en torno a como se rodeará al esquema y cómo llegar a él. En ese sentido, el FMI presiona por una tasa de interés real positiva y un ritmo de devaluación (crawling peg) más acelerado.