En medio de la crisis económica que afecta a los sectores más vulnerables, el obispo de San Justo, Eduardo García, defendió el papel de la Iglesia y minimizó la controversia por la misa organizada por los comedores comunitarios. Eduardo García, nombrado obispo de San Justo por el Papa Francisco en 2014, respaldó la ceremonia en el Santuario de la Virgen de Caacupé en La Matanza, destinada a reconocer a las madres que trabajan en comedores y merenderos comunitarios. Según García, esta "misa de acción de gracias" estaba programada desde hace dos meses y no tenía relación con los eventos recientes.
El obispo explicó que la misa no tiene fines políticos, sino que busca agradecer a quienes ayudan en los comedores y merenderos. "Aquí hay personas que viven situaciones difíciles y ayudan a otros para que no la pasen mal", afirmó en radio 10. García analizó que la Iglesia no pretende ser oposición, pero su labor se vuelve más visible en tiempos de crisis.
Sin embargo, las misas con ciertas connotaciones políticas generaron polémica. En la iglesia de la Santa Cruz, en San Cristóbal, y en la iglesia Inmaculado Corazón de María, en Constitución, se escucharon cánticos contra el gobierno de Javier Milei.
En este sentido, el arzobispo Jorge García Cuerva condenó estos actos: " La misa es sagrada y debe ser utilizada para fomentar la fraternidad y la paz, no para dividir a la comunidad", señaló.