En una tarde apática, fresca y nublada en el barrio de Colegiales, Claudia Lapacó es un destello luminoso. La actriz, de 84 años, emana una energía positiva envidiable, llena de vida. “Es maravilloso sentirse feliz de estar vivo, de estar sano, de tener a sus hijos bien, nietos y bisnietos… ¿Cómo no voy a estar contenta? ¿Cómo no voy a agradecer a la vida?”, afirma con orgullo en diálogo con Diario Con Vos.
En algunas semanas se van a cumplir cuatro años de un ACV que sufrió y preocupó a todos, pero del que parece estar totalmente recuperada. A la artista se la ve realmente bien, coqueta: viste un hermoso gorro estrellado y una blusa con detalles en animal print. Está contenta, a pesar de que quien sufrió un ACV ahora, hace poco, es su hermana, Michelle, una reconocida médica pediatra que es tres años mayor que ella.
Lapacó se crió en una casa de inmigrantes que llegaron al país en 1939. Su papá era ruso y su mamá era francesa. Curiosamente, ella nació el 25 de junio de 1940, el día que los alemanes entraron en París: "Mi madre más que ponerse alegre con mi nacimiento, lloraba todo el tiempo". Vivió toda su infancia entre el barrio de Caballito y Morón, en el oeste del conurbano bonaerense, pero en su casa se hablaba solo en francés. Sólo pasó poco más de un año en París durante su juventud por una beca en el Centro de Arte Dramático, tras el cual empezó una carrera que ascendió rápidamente en diferentes géneros.

Su amor fue siempre el teatro, donde hizo desde obras dramáticas hasta comedias musicales, ya que además de actriz, Lapacó se formó como cantante y bailarina desde muy chica. "Mi papá me decía: 'si vos querés ser actriz te tenés que destacar'". Y vaya que se destacó. Primero, en obras de teatro.
Algunas de las obras más importantes en las que participó fueron El zoo de cristal, Viaje de un largo día hacia la noche, Filomena Marturano, Seis personajes en busca de un autor, La nona y De repente el último verano, y comedias musicales como La jaula de las locas, Las mil y una noches y La inhundible Molly Brown
Sin embargo, eso no le impidió destacarse en la televisión, donde alcanzó otro nivel de popularidad por sus participaciones en telenovelas y unitarios como Clave de Sol, Verano del 98, Resistiré, Naranja y media, Floricienta o Graduados, por mencionar algunas de las más reconocidas de los últimos años.
Claudia Lapacó, presente y futuro
Si bien tuvo menos experiencias en cine, hace pocos meses se estrenó el que fue, hasta el momento, su último trabajo: la película Los Justos, de Martín Piñeiro. El film, que Lapacó protagoniza junto a Arturo Puig y el fallecido Claudio Rissi -en lo que fue su último rol en la pantalla grande- habla justamente sobre la vejez y sus posibilidades de redención, desde una perspectiva humorística.
¿Cómo te llevás con el paso del tiempo?
Creo que me llevo lo mejor posible. Hay que entender que todos los días es un tiempo que no va a volver atrás, y es un error pensar que con la vejez no hay cosas buenas. Hay cosas buenas todos los días de la vida, si uno quiere verlo. ¡Y uno debe verlo!. Cada edad tiene sus cosas buenas, uno no puede querer ser siempre joven. Hay que mirar para adelante.
Y ahora, ¿qué hay adelante?
En este momento no tengo nada, no hay proyectos. Pero no estoy preocupada. Me había llamado Muscari (con quien trabajó en Madre Coraje, su último trabajo teatral). Un divino, pero me ofreció una obra de dos personajes. Imaginate, yo tengo 84 años, con un ACV… En este momento de mi vida no quiero esa responsabilidad. Pero si surge algo, por supuesto aceptaré enseguida.

¿Preferirías hacer cine antes que teatro en este momento?
Yo hice muy poco cine, lo que más hice en mi vida fue teatro, que en realidad era mi pasión. La diferencia es total, porque en el teatro vos desarrollas una idea, llegas al summum, la terminás; todo en cada función. En cambio, en el cine, vos vas haciendo escena por escena. Por ahí el primer día te toca hacer la última escena, nunca tienen continuidad. Entonces no es tan fácil.
Contame de Los Justos, ¿Qué te dejó esa experiencia?
Cuando me llamaron estaba tan feliz de poder hacerlo… ¡y me encantó! Y ya te digo, hice poco cine, así que me fascinó que me llamaran para hacer un protagónico. Estaba muy atenta por ver qué había pasado con el guion en su totalidad, para tener una coherencia en las escenas, en la historia, pero me fascinó hacerlo. Me sentí muy cómoda, me gustó la historia. Lo disfruté muchísimo.
Al hablar de la película, que está disponible para ver en Flow, Claudia Lapacó recuerda varias veces con cariño el momento del estreno, donde pudo compartir un momento por última vez junto a Selva Alemán -esposa de Arturo Puig- antes de que la actriz muriera el pasado 3 de septiembre, a los 80 años.
"Fuimos al estreno con Arturo y con Selva, pobrecita. Me dolió tanto… La primera obra teatral que yo hice profesional (Somos nietos de una abuela, en 1958) fue con Tincho Zabala y Marianito Bauzá, y trabajaba la mamá de Selva, Carmen (Vallejo). Yo tenía 17 o 18 años, y Selva a veces venía a vernos. Ella tenía cuatro años menos que yo y siempre fue divina. No habíamos sido amigas, pero es alguien que siempre me daba placer verla actuar, y era una gran persona. Lo lamento mucho", expresó.
La actuación y la política
Con Alemán compartía, además, una manera de pensar sobre el vínculo que muchos actores tienen con la política. Al preguntarle por el contexto actual del país y cómo se ve afectada la cultura con las medidas del Gobierno nacional, Lapacó se pone seria y responde escuetamente. No tiene ganas de generar polémicas y meterse en temas que, cree, no le corresponden.
“Contrariamente a lo que mucha gente piensa nunca me metí en política, ¿sabés? Yo siempre sentí que lo mío era la actuación y que mi camino estaba ahí. Yo no tenía por qué meterme. Veo muchos actores que se embanderan con una cosa, y uno los ama en lo que hacen y deja de amarlos porque dicen cosas que uno no quiere que digan… y yo no pienso así. Mi vida es el arte. Yo quiero estar ahí, quiero lo mejor para todos, para Argentina. Es un país extraordinario donde hay de todo”, reflexiona.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa nunca me metí en política. Mi vida es el arte. Yo quiero estar ahí.
Esta conversación la lleva a recordar cómo se sintió cuando vivió en París: “‘Yo nací en Argentina, voy a volver y quiero vivir ahí’, pensaba en ese momento. Y nunca me arrepentí de haber vuelto, de estar acá. Es una lástima que haya mucha gente que se va, que no encuentra un lugar. Y tienen lugar, pero no se encuentran. Eso a mí me duele profundamente”.
La actriz deja la entrevista y vuelve a su departamento, un monoambiente donde vive hace unos 30 años. Según indicó en otras oportunidades, no necesita más que eso. Vive desconectada, no usa celular ni tiene computadora. Tampoco consume demasiados medios de comunicación, aunque eso no significa ignorar lo que ocurre a su alrededor. Será, tal vez, una de las claves de su felicidad y optimismo.