En pocos días el 2024 habrá llegado a su fin y apelando a la subjetividad cada quien podrá decir que fue un año más o un año menos en sus vidas. Sin embargo, en política podemos afirmar que fue un año de cambios que rompieron con el paradigma existente antes de la irrupción de Milei. Sucede que el afianzamiento de la Libertad Avanza y del gobierno en la agenda de los medios, en el congreso y en la política en sí, dejó perplejos y sin capacidad de reacción a los demás partidos que componen el mosaico de ofertas electorales.
La última movida del gobierno se traduce en tratar de afianzar la marca “La Libertad Avanza” para sostener lo logrado y continuar en ese sendero rumbo a las legislativas 2025. Para eso, Karina Milei junto a Martín Menem pusieron en marcha el andamiaje para el armado a nivel nacional de los que hasta ahora viene siendo una sorpresa de aceptación en la opinión pública. La duda que sobrevuela al espíritu triunfalista del oficialismo es saber hasta qué punto la figura de Milei puede ir más allá de sí mismo. Es decir, hasta qué punto la buena imagen que viene cosechando se puede trasladar a los candidatos que LLA lleve en las boletas de los distintos territorios. Por lo pronto, en la Ciudad de Buenos Aires aparecen como posibles cabeza de lista Manuel Adorni, vocero presidencial, y Patricia Bullrich, ministra de seguridad de la nación. En tanto que para darle pelea al peronismo en la provincia de Buenos Aires, el elegido parece ser José Luis Espert, el Profe como suele llamarlo Milei. Tampoco habría que descartar la irrupción de Karina Milei en el ruedo de la política electoral.
Lo antedicho se circunscribe a la batalla que intentará dar el oficialismo para afianzarse en su carrera hacia una posible reelección. Aunque todavía es demasiado pronto para entrar en la puja hacia el 2027, cuando el 2025 asoma como un período con grandes desafíos para el gobierno en el plano económico, y un mal paso lo puede dejar sin el apoyo que hasta ahora sustenta en las encuestas.

Finalizado el primer año de gestión el plan económico trazado por Milei ha cumplido con las premisas que se planteó allá por diciembre de 2023. Con la inflación a la baja, las cuentas del BCRA en orden y ostentando un discutible superávit fiscal, el gobierno cierra un año en el que ha cosechado el apoyo de los grandes empresarios, de la patria financiera y ha mantenido el respaldo que consiguió en la urnas cuando ganó el balotaje. Pero hay sectores que hoy le dan la espalda al gobierno y algunos más que se pueden sumar al descontento si crece el desempleo o los sueldos no recuperan los puntos que vienen perdiendo desde el gobierno de los Fernández, que agravó la administración libertaria.
Ante este cuadro de situación cabe la pregunta; ¿cómo se prepara la oposición para desafiar al oficialismo en las legislativas del 2025? El desmembramiento de Juntos por el Cambio partió las aguas en el sector que le brindó el apoyo necesario a Milei para llegar a la presidencia al triunfar en el balotaje de 2023. Por el lado del radicalismo, la ruptura del bloque en diputados dejó por un lado a los “radicales con peluca” en apoyo al gobierno y por otro lado la facción que conducen Martín Lousteau y Facundo Manes que han decidido llamarse “Democracia para Siempre”.

En cuanto al peronismo, todavía no ha logrado rearmar su estructura luego de la derrota que sufrió la fórmula Massa-Rossi a manos de Milei. Con Cristina Fernández como máxima representante del PJ, las tribus peronistas no parecen terminar de zanjar las diferencias ni de cerrar las heridas abiertas luego del fracaso. Asoma Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires como el más opositor al gobierno nacional, pero al ring contra Milei se subió antes CFK, por decisión propia y por la de su rival.

Milei y los otros dos vértices del “triángulo de hierro” que componen su hermana Karina y el asesor sin cargo, Santiago Caputo, han logrado llevar a sus oponentes a una dispersión tal que por ahora no se vislumbra si alguno podrá darle pelea. Por ahora la iniciativa la tiene el gobierno, pero las cartas están por jugarse y todavía falta mucho luego de un año, el 2024 en el que cambió la política.