Argentina es uno de los pocos países del mundo que produce casi todos los alimentos que su población consume, y, además, mucho de ellos cuentan con un saldo exportable de consideración, por lo cual la importación de los mismos carece de justificación si se tiene que hablar de oferta en el mercado interno.
No obstante, las variables económicas hoy presentes en el país, como lo es un dólar barato y y una política de apertura comercial amplia, hacen que traer alimentos del exterior sea un negocio redituable, a pesar del daño que se le puede provocar a las cadenas productivas.
Según un informe del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) que en enero se importaron alimentos y bebidas por US$ 260 millones, lo que implica un salto del 87% interanual.

Esta cifra récord hasta el momento para el mandato del Presidente Javier MIlei, no toma en cuenta la importación de soja y derivados para su industrialización, sino que contempla solamente aquellos alimentos que se comercian en el mercado interno.
Algunos datos muestran un crecimiento exponencial en las importaciones, como es el caso del limón, que saltó de 3.381% al comprarse 6.893 toneladas en enero frente a las 198 toneladas del mismo mes del año pasado.
"En el caso de los limones, como de otros cítricos, a Chile y Brasil (principales orígenes) comienzan a sumarse países extra-continentales como España y Egipto, incluso con valores muy inferiores a los de los países limítrofes, ya que contra 1,43 dólar por kilo del producto chileno, el egipcio ingresó al país a 86 centavos de dólar ya nacionalizado", explicó el IDAA.
Pero también las naranjas muestran un aumento del 699% interanual. Een enero Egipto exportó a la Argentina 1.070 toneladas de naranja, sobre un total de 1.407 toneladas, con España completando el resto", puntualizó en informe.
Importación de alimentos: el caso del tomate
Pero uno de los puntos más llamativos en este "boom" de importación de alimentos es el caso del tomate elaborado, con un crecimieno del 1.334% interanual, alcanzando las 9.277 toneladas. Y no solamente llama la atención el volumen, sino también la procedencia de los mismos.
"En enero se observó una anómala importación de tomate enlatado, un producto que forma parte de la cadena de valor de esta hortaliza en la región de Cuyo", indicó el informe.

En este sentido, apuntó que "solo en el primer mes del año se importaron 9.277 toneladas, un volumen que supera a todo lo importado en 2023 y a la mitad de todo lo que se importó en 2024. La novedad es que el producto ya no solo proviene de Chile, sino que comenzó a importarse fuertemente desde China".
"En efecto desde el país asiático se introdujeron a la Argentina 5.330 toneladas, contra 3.885 desde Chile, a un valor 7% menor".
El impacto de las importaciones
Según explicó Javier Preciado Patiño, autor del trabajo para el IDAA, "la aceleración que se está viendo en 2025 responde a las condiciones macroeconómicas de un dólar artificialmente planchado, con una tablita devaluatoria que pasó de 2% a 1% este año, la caducidad del impuesto PAIS, más la desregulación del comercio exterior y una apertura indiscriminada de las importaciones".
Esta situación conlleva a que haya afectaciones en las cadenas productivas locales, ya que "se trata de alimentos producidos en la Argentina y de alto impacto en las economías regionales y su tejido social".

"La continuidad de esta política impactará en los sectores productivos ya que se verán obligados a alinear sus precios en función de los importados –considerando que en muchos casos pueden llegar gracias a mecanismos de dumping en origen- y no de sus costos, o a dejar la actividad, lo cual se sentirá en aquellos productores de menor escala", advirtió Preciado Patiño.