En muchas casas argentinas, el 29 de cada mes tiene un sabor especial: el de los ñoquis recién hechos. Esta costumbre, que atraviesa generaciones y se transmite casi como un rito, se mantiene viva incluso en tiempos donde la creatividad en la cocina busca nuevas formas de reinventarse. Por eso, este 29 te proponemos salir de lo clásico, para variar dentro de la tradición.
La costumbre de comer ñoquis el 29 está tan arraigada que incluso muchos siguen colocando un billete debajo del plato, como símbolo de deseo de prosperidad. Pero más allá del gesto, lo cierto es que compartir un plato casero de esta pasta siempre es una excusa para reunirse, mimarse con algo rico y seguir apostando a la cocina hecha con tiempo y cariño.
En esta ocasión, dejamos de lado la receta de papa tradicional para proponer tres versiones distintas, sabrosas y originales. Con ingredientes nobles y combinaciones tentadoras, estos ñoquis te van a permitir disfrutar de algo distinto, sin complicarte demasiado en la preparación.

El origen de los ñoquis del 29
La tradición de comer ñoquis el 29 tiene raíces europeas. Se remonta a la figura de San Pantaleón, un médico cristiano que, según la leyenda, solía repartir comida a los pobres a fin de mes. En su honor, muchas familias italianas comenzaron a preparar esta receta económica y rendidora los días 29. La costumbre llegó con los inmigrantes a la Argentina y se popularizó tanto que hoy es un clásico nacional.
Ñoquis de calabaza y harina de arroz con pesto de rúcula
Una forma distinta y deliciosa de preparar ñoquis es reemplazar la papa por calabaza. Basta con hornearla hasta que esté tierna, pisarla bien y mezclarla con harina de arroz, sal y nuez moscada. La masa queda suave, fácil de trabajar y con un color anaranjado tentador. Se cocinan como los ñoquis clásicos: en agua hirviendo hasta que flotan. Para acompañar, nada mejor que un pesto fresco de rúcula, nueces y aceite de oliva, que le aporta un contraste vibrante y aromático.

Ñoquis de remolacha con crema de girasol y limón
Ideales para lucirse en la mesa, estos ñoquis tienen un color rojizo intenso gracias a la remolacha cocida, que se procesa junto con puré de papa y harina. El resultado es una masa húmeda, suave y con un sabor levemente dulce que combina de maravillas con una crema liviana de semillas de girasol activadas, jugo de limón y un toque de ajo. Una opción elegante y distinta, perfecta para quienes buscan sabores nuevos.

Ñoquis de batata morada con salsa de hongos y tomillo
Para los que quieren sorprender desde el primer bocado, estos ñoquis de batata morada son una elección perfecta. Se preparan igual que los tradicionales, pero con batata cocida y escurrida, mezclada con harina común y sal. Su textura es más delicada y su sabor, más intenso. La salsa de hongos salteados con cebolla morada y tomillo fresco le da un toque terroso y aromático que cierra el plato con mucha personalidad.
Con estas tres recetas originales de ñoquis, el 29 se vuelve una oportunidad para animarse a algo nuevo, sin perder el espíritu de compartir y disfrutar de un plato casero lleno de historia. ¿Cuál vas a probar primero?