El ingeniero Antonio Pronsato tenía a cargo la unidad ejecutora a cargo del gasoducto Néstor Kirchner hasta hace dos semanas, cuando presentó su renuncia a Enarsa y desató una crisis política que aún no acaba y ya le costó el puesto a Matías Kulfas en el ministerio de Desarrollo Social.
Ayer, Pronsato se presentó ante el juez Daniel Rafecas para contestar sobre las especificaciones técnicas, políticas y organizacionales que tienen paralizado al proyecto de infraestructura más importante para la economía argentina y explicar las razones de su renuncia.
Y de ello, también, dio cuenta hoy en Radio Con Vos, en una larga entrevista con Reynaldo Sietecase, en la que calificó como “inexplicable” la parálisis del proyecto.
El ingeniero explicó que el proyecto comenzó a ralentizarse “después de semana santa” cuando “todas las decisiones, una detrás de la otra, no se tomaban”. ¿Por qué? Pronsato dijo que aún no lo sabe: “No me contestaban. Ojalá me hubieran dicho es por esto o por esto otro, pero era peor (...) Me decían sí, sí, sí y después las cosas no ocurrían”.
No me contestaban. Ojalá me hubieran dicho es por esto o por esto otro, pero era peor (...) Me decían sí, sí, sí y después las cosas no ocurrían.
Pronsato, además, aseguró que “jamás” recibió presiones en el proceso de licitaciones y contratos que le adjudicaron buena parte de la obra a la empresa Techint. “Jamás recibí presiones. Trabajé ocho años bajo las indicaciones de Julio De Vido. Jamás se me dio indicaciones de poner o sacar un contratista o de forzar una licitación en una cuestión técnica. Muy por el contrario: se me decía andá y hace”.
Y especificó que la selección del tamaño y las dimensiones de los materiales no está en discusión, como se planteó durante la polémica salida de Kulfas. “No es que sea correcto para mí, es correcto para los libros. Uno tiene que ajustarse a la norma y a los cálculos”, dijo.
Por último, Pronsato declaró que le da “vergüenza” que el proyecto esté paralizado, porque reporta una inmensa ganancia para el país: “Se pierden de 3 mil a 6 mil dólares por minuto en que no se hace nada”, dijo.
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