El último año los incendios arrasaron con el 12% de la superficie de Corrientes y ahora de nuevo el fuego quemó 4 mil hectáreas de los Esteros de lberá. El gobierno reportó 234 focos de incendios en 12 localidades y varios municipios se declararon en emergencia hídrica por falta de agua.
"Estamos en una sequía extrema, el fuego no se puede contener y avanza cada vez más con el paso de los días", explicó el activista ambiental Luis Martínez en diálogo con TN y añadió: "La demanda de agua es enorme, el viento hace que las llamas se expandan y las altas temperaturas".
En la zona de Carambola trabajan 30 brigadistas y guardaparques nacionales y provinciales, pero solo una fuerte lluvia podría llevar tranquilidad a habitantes humanos y animales en esa zona.
"La dimensión de los incendios no es la misma que la del año pasado. La sequía y las condiciones climáticas sí son las mismas, y eso impacta negativamente en la estrategia para combatir los incendios", aseguró la bióloga de Administración de Parques Nacionales, Mariana Raño, y añadió: "Es muy complejo lograr que se apague un estero que no tiene agua y escasea el combustible".
En las últimas horas, en la Fundación Rewilding Argentina alertaron que los incendios podría dirigirse hacia la zona de la isla San Alonso en Corrientes. Allí, se extiende el corazón del proyecto de reintroducción de especies emblemáticas de la región, como el yaguareté y la nutria gigante.
El refugio, donde residen varios ejemplares de yaguareté con sus crías, está a menos de 20 kilómetros del incendio, pero un eventual cambio en los vientos podría derivar el fuego hacia la zona del Portal San Nicolás, uno de los más afectados a principios de 2022.
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