Si alguna vez soñaste con un postre que te lleve a un rincón paradisíaco, la tarta Pavlova es un ticket de ida y vuelta a la felicidad culinaria. Este encantador postre es un regalo directo desde las tierras australianas y neozelandesas. Preparate para deleitar tus sentidos con esta receta que es tan hermosa como deliciosa.
Pero antes de pasar a la receta, recordemos un poco sobre la historia de este postre. La tarta Pavlova es tan icónica en Australia y Nueva Zelanda que ha habido una disputa continua entre ambos países sobre su origen. Se dice que fue nombrada en honor a la famosa bailarina rusa Anna Pavlova durante su gira por la región en la década de 1920. Sin embargo, la verdadera autoría de este postre sigue siendo un misterio. Lo que no es un misterio es lo deliciosa que es.
Ingredientes para 8 porciones:
- Claras de huevo 4
- Azúcar 225 g
- Cremor tártaro 1 cucharadita de café
- Sal 1 pizca
- Salsa de frutas:
- Frutas de la pasión 4
- La piel rallada y el jugo de naranjas 2
- Azúcar 120 g
- Cúrcuma 1 cuchara sopera
Preparación:
- Precalentar el horno a 180 grados.
- Batir las claras con una pizca de sal a punto de nieve con batidora eléctrica.
- Agregar el azúcar poco a poco y el cremor tártaro batiendo sin parar hasta que el merengue esté montado, aproximadamente entre 5 a 7’.
- Extendés el merengue en una fuente de horno cuadrada de 20 cm de lado a lado formando pequeños picos.
- Bajás la temperatura del horno a 130 grados y metés la fuente por 1 hora y media. Pasado ese tiempo apagás el horno, dejás la puerta abierta y dentro del horno debe enfriarse el merengue.
Salsa de frutas:
- Partís por la mitad las frutas de la pasión y pasás la pulpa por un colador que caiga dentro de una ollita. Las semillas las eliminás.
- Le agregás a la pulpa el jugo de naranja, la ralladura y el azúcar. Mezclás.
- Llevás al fuego, tiene que hervir y dejás que se reduzca a fuego fuerte por 4 o 5’.
- Acto seguido incorporás la cúrcuma, mezclás bien y dejás cocinar por 2’ más a fuego bajo.
- Retirás del fuego y dejás que se enfríe.
- Retirás del horno el merengue ya frio y lo cubrís con la salsa de frutas ya fría.
- Guardás en la heladera hasta el momento de servirlo.
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