La miniserie Malas Influencias, recién llegada a Netflix, pone el foco en una problemática cada vez más visible pero aún poco discutida: el impacto profundo y, muchas veces, devastador que puede tener el contenido digital inapropiado en la vida de niños y adolescentes. En plena era de pantallas omnipresentes y redes sociales que no paran de crecer, esta producción se vuelve imprescindible para entender cómo ese universo virtual puede moldear conductas, percepciones y vínculos de forma peligrosa.
Con un formato ágil de solo tres episodios, la miniserie no se anda con vueltas y plantea, desde el vamos, una mirada crítica sobre el rol que cumplen las plataformas digitales y los adultos responsables en la vida de los más chicos. A través de testimonios de jóvenes afectados, padres, educadores y expertos en salud mental, Malas Influencias abre un debate urgente: ¿quién se hace cargo de los riesgos que implica dejar a un menor navegando solo por internet?
En un país como el nuestro, donde el acceso a dispositivos móviles es cada vez más temprano y las políticas de educación digital todavía corren de atrás, esta miniserie pone el dedo en la llaga con la crudeza necesaria. Porque más allá de las buenas intenciones o la falta de tiempo, el contenido que consumimos deja huella, y muchas veces, es más profunda de lo que imaginamos.

¿De qué trata esta miniserie inquietante?
Malas Influencias se mete de lleno en el mundo de los influencers infantiles, los videos virales y los discursos que se instalan sin filtro en las redes sociales. A lo largo de la miniserie, se muestran casos reales de chicos y chicas que atravesaron experiencias traumáticas tras exponerse a contenidos violentos, estereotipos de belleza inalcanzables, desafíos peligrosos y discursos de odio camuflados de entretenimiento.
Además de reflejar la experiencia de las víctimas y sus familias, la producción da lugar a voces especializadas: psicólogos, docentes y profesionales en seguridad infantil explican por qué ciertos materiales resultan tan atractivos —y a la vez tan nocivos— para cerebros en pleno desarrollo. La miniserie plantea con fuerza una necesidad: dejar de minimizar el poder que tienen las redes sociales para influir en la salud mental y emocional de los más chicos.
En sus tres episodios, Malas Influencias va construyendo un panorama inquietante pero real, que no solo busca exponer, sino también generar conciencia y promover una supervisión activa. Porque proteger a la infancia en tiempos de hiperconectividad no es solo una responsabilidad individual, sino un desafío colectivo que interpela a familias, escuelas, gobiernos y empresas tecnológicas.

¿Dónde ver Malas Influencias?
La miniserie Malas Influencias ya se encuentra disponible en Netflix desde el 9 de abril. Con una duración breve pero intensa, sus tres capítulos se pueden ver en una sola tarde, ideal para quienes buscan contenido que invite a reflexionar sin perder dinamismo.
Netflix continúa apostando por documentales sociales de alto impacto, y esta miniserie se suma a una línea de producciones que buscan encender alertas donde otros prefieren mirar para otro lado. Disponible para ver en cualquier dispositivo, Malas Influencias es una excelente opción para madres, padres, docentes y todos aquellos que quieran entender mejor los riesgos del entorno digital.

En tiempos donde las redes sociales marcan el pulso de la cultura adolescente, esta miniserie no solo informa: sacude. Y tal vez, eso es lo que más necesitamos.