Los nuevos controles sobre la exportación de carne, granos y lácteos habían sido anunciados la semana pasada, luego de que se publicara el dato de la inflación de marzo, que fue de un 4,8 por ciento. Esta mañana, las intervenciones fueron confirmadas en el Boletín Oficial. Mientras tanto, el campo analiza medidas de fuerza.
Estos controles apuntan a contener el precio de los alimentos extendiendo los acuerdos con los empresarios y, a su vez, a incrementar la fiscalización. Para permanecer en un registro oficial, los exportadores de estos productos deberán cumplir una serie de requisitos.
Puntualmente, deberán informar el detalle de cuentas bancarias con las que operan, sus movimientos bancarios de los últimos seis meses y líneas de financiamiento otorgadas por las entidades informadas, y un plan de trabajo con la mercadería proyectado para el próximo año, especificando la mercadería a exportar, volúmenes, proveedores y destinos, entre otros.
Estos controles apuntan a contener el precio de los alimentos extendiendo los acuerdos con los empresarios y, a su vez, a incrementar la fiscalización.
Además, tendrán que evidenciar el detalle de personal en relación de dependencia, la compañía aseguradora de riesgos de trabajo contratada y una constancia de las entidades bancarias donde se depositan los haberes de los trabajadores; y, en el caso de haber realizado operaciones de exportación, una constancia del ingresos de divisas del último año.
Según se explicó desde el Ministerio de Agricultura, estas condiciones "tienden a reducir al máximo la existencia de operadores en circuitos marginales, informales e insolventes, que son los que mayores distorsiones producen en el adecuado funcionamiento del mercado interno y exportador".
Estos anuncios generaron la preocupación del sector, al punto de que se analizan medidas de fuerza que podrían incluir el cese de la comercialización de carnes.
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