Si hay algo que nos une a los argentinos, además del mate y el fútbol, es la devoción por las torta fritas. Esa delicia simple, crocante por fuera y tierna por dentro, que aparece en nuestras mesas con el primer chaparrón. Porque, seamos sinceros, en cuanto el cielo se encapota y cae la primera gota, el instinto nos manda directo a la cocina a preparar una tanda. Pero, ¿cuál es el secreto para lograr las torta fritas perfectas?
La torta fritas tienen una historia de esas que se transmiten de generación en generación. Llegó a nuestras tierras con la influencia de la cocina europea, pero fueron los gauchos quienes la hicieron propia. Con harina, agua y grasa del ganado, lograban una comida fácil y sustanciosa, ideal para reponer energías en las largas jornadas de trabajo. Hoy, aunque ya no estemos a caballo por la pampa, las torta fritas siguen siendo símbolo de nuestra identidad gastronómica.
Paso a paso, cómo hacer las mejores torta fritas
Lo bueno de las torta fritas es que no hacen falta ingredientes rebuscados. Con harina, grasa o aceite, sal y agua caliente, tenés lo necesario para arrancar. Si las querés más aireadas, le podés sumar un poco de harina leudante. Y si el antojo es dulce, un toque de azúcar y canela después de freírlas hace la diferencia.
Seguí estos pasos:
- En un bol, mezclá 250 g de harina común con 150 g de harina leudante (o 400 g de harina común si no tenés leudante). Agregá una cucharadita de sal.
- Hacé un hueco en el centro y sumá 1 ½ cucharaditas de grasa y 300 cm³ de agua caliente.
- Mezclá primero con cuchara y después con las manos hasta formar una masa lisa.
- Tapá con un repasador y dejá descansar al menos 30 minutos (si podés, mejor una hora o más).
- Dividí la masa en porciones, formá bollitos y estiralos en discos finos.
- Haceles un agujero en el centro para que no se inflen demasiado.
- Calentá grasa o aceite a temperatura media (sin que humee) y freí las torta fritas hasta que estén doradas de ambos lados.
- Retiralas y dejalas escurrir en papel absorbente.
Consejos finales para unas torta fritas inolvidables
- Dejá reposar la masa: esto ayuda a que sea más fácil de estirar y más tierna.
- No frías demasiadas juntas: así evitás que el aceite se enfríe y queden aceitosas.
- Controlá la temperatura: si está muy baja, chupan grasa; si está muy alta, se queman afuera y quedan crudas adentro.
- Comelas calientes: aunque frías se pueden recalentar, nada como disfrutarlas en el momento.
Hay torta fritas para todos los gustos
Las torta fritas son versátiles. Están las clásicas, con grasa y bien rústicas, y las que llevan aceite, más livianas. También hay quienes las hacen con harina leudante para una textura más aireada. Para los golosos, la versión dulce con azúcar y canela es un manjar. Y si querés innovar, probá con un toque de ralladura de limón o naranja en la masa.
Si las querés dulces, espolvorealas con azúcar mientras están calentitas. Y si te sobraron (cosa rara), podés recalentarlas en el horno o en una sartén sin aceite para que recuperen su crocantez. Sea como sea, son una excelente alternativa para días de lluvia. Nadie sabe exactamente cuándo empezó esta costumbre, pero todos la seguimos.
No importa si es invierno o verano, si estás en el campo o en la ciudad. Las torta fritas siempre son una buena idea. Y ahora que ya tenés la receta definitiva, no hay excusas: poné el agua para el mate y manos a la masa.
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