El debate respecto a los impuestos está a la orden del día, especialmente impulsada por el gobierno de Javier Milei, que jura y perjura que los está bajando y que seguirá en esa senda. Pero uno de los principales debates que precisan darse es el peso de los tributos en los alimentos, ya que, en algunos casos, los encarecen de sobremanera.
Un estudia de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) tira algo de luz sobre el tema. “El precio que pagamos está compuesto por tres grandes categorías: los costos de hacer ese producto, la ganancia y los impuestos que se pagan en todo ese proceso", explicaron.
En este sentido, los impuestos que se destacan en los alimentos son el IVA a nivel nacional (representando casi el 70% del total de los tributos), ingresos brutos en lo provincial y las tasas a industrias y comercios a nivel municipal, detalló Antonella Semadeni, economista de FADA.

Pero para entender cómo afectan los impuestos a los precios finales de los alimentos, justamente, primero hay que saber cómo se componen dichos valores.
“El precio que pagamos por nuestros alimentos no es azaroso o caprichoso y puede desglosarse
de diferentes modos. Esto hacemos en este informe”, explicó Semadeni y agregó: "Por ejemplo, en el caso del pan, desde el campo a la mesa el precio se multiplica 12 veces. ¿Qué hay en el proceso? 60%
de costos de producir el pan, 24% de impuestos y 16% de ganancias".
Por otro lado, puntualizó que "en el caso de la carne, el precio está compuesto por un 60% de costos. Para llegar a los bifes que compramos es necesario un proceso que lleva mucho tiempo, con costos importantes como la tierra donde se crían los animales, la sanidad y la alimentación, el transporte, y el personal".
Ahora sí: ¿Cuántos impuestos nos comemos en los alimentos?
Para responder a esta pregunta, no existe mejor manera que utilizar ejemplos bien gráficos.
Comencemos por el pan. Como ya dijimos, el precio final de este producto está compuesto de un 60% de costos, un 24% de impuestos y 16% de ganancias. Esto quiere decir, que de cada cuatro bollitos de pan, los impuestos representan uno, explicaron desde FADA.

En la leche, por cada sechet de un litro, un vaso son impuestos, ya que 67% del precio final lo representan los costos, el 26% son impuestos y el restante 7% es ganancias.
Si vamos a la carne, nos comemos un cuarto de kilo de impuestos por cada kilo que compramos, a partir de que el 59% del valor final son costos, 25% son tributos y 15% es ganancia.