A Romina Manguel le resultó escandaloso el pedido que el presidente Alberto Fernández pidiera al Senado que preste su acuerdo para que Ana María Figueroa, la actual presidenta de la Cámara Federal de Casación Penal, permanezca en su cargo después de cumplir los 75 años de edad.
“La desesperación del kirchnerismo por retenerla solo evidencia su lazo político. Se están discutiendo 75 pliegos y lo único que le importa a la política chiquita es mantener un voto”, dijo.
Reynaldo Sietecase le concedió la razón y estuvo de acuerdo en que Figueroa debe jubilarse, como dicta la norma, pero llamó la atención sobre la direccionalidad del señalamiento. “La mayoría de la gran prensa habla con mucha facilidad de jueces y periodistas K ¿Y los otros que son?”, se preguntó.
Para el periodista, este tipo de prácticas son las que hicieron explotar, este fin de semana, al gobernador de Córdoba, Martín Llaryora. “Es obsceno. Yo no veo en ninguna parte que se diga juez o periodista “M” (…)Y nombro los de Lago Escondido, por ejemplo, porque me parece que más encima cometieron un delito. Creo que encubrieron dádivas y que no se va a investigar más porque cayó en Comodoro Py”, señaló.
Nombro los de Lago Escondido, por ejemplo, porque me parece que más encima cometieron un delito. Creo que encubrieron dádivas y que no se va a investigar más porque cayó en Comodoro Py.
A lo que Manguel contestó: “¡Qué lindo pensar que el lugar donde se investigan los hechos de corrupción determina la muerte de las causas! Tenemos un problema más grave que Figueroa entonces”.
“Efectivamente, tenemos un problema más grave que Figueroa en el Poder Judicial”, cerró Sietecase.
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