Con las cuentas de la macroeconomía a salvo y el índice de la inflación un escalón más bajo que el mes anterior, la administración Milei dio rienda suelta a otra etapa en el gobierno. Hechas las reformas más drásticas en lo que a las finanzas se refiere, luego de haber acomodado las cuentas públicas, ahora es el tiempo de la “batalla cultural”. Abierta en varios frentes la revolución de la libertad se propone realizar quizá el cambio más difícil que otea en su horizonte: llevar a la sociedad argentina a un lugar en el cual ha dejado de estar luego del retorno de la democracia en un ya lejano 1983.
Las fuerzas del cielo han venido a construir e imponer un nuevo orden que divide y separa a los buenos de los malos. Siendo estas dos categorías tan pero tan difíciles de determinar, la ecuación ha resultado muy simple para los libertarios acólitos defensores de Milei. Los buenos son ellos y los malos cualquier que no se disponga a comulgar con los preceptos sobre los cuales se apoya la integridad de la “gente de bien”.
La batalla cultural se da en dos frentes: la prohibición y la imposición. Las dos circulan por canales paralelos, uno no es sin la otra y la resultante del total es la suma de las partes. Las tareas no tienen límites geográficos y se desarrollan en las dos canchas. De visitante y de local la “libertad” de los libertarios se quiere imponer sin que importe la de los otros.
Varios son los hechos en los últimos días que muestran la avanzada de la ultraderecha para disputar el sentido que circula un poco agazapado ante una especie de totalitarismo que empieza a mostrar su faceta más ruin.
La batalla cultural se da en dos frentes: la prohibición y la imposición (...) De visitante y de local la “libertad” de los libertarios se quiere imponer sin que importe la de los otros.
Algunos libros de distintas autoras argentinas fueron puestos en cuestión la semana pasada. El asunto tomó notoriedad en la opinión pública, luego de que el Director de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni fuera denunciado por la Fundación Morelli por haber incluido en las bibliotecas de las escuelas bonaerenses títulos como “Cometierra” de Dolores Reyes, “Las Primas de Aurora Venturini” o “Las Aventuras de la China Iron” de Gabriela Cabezón Cámara.

Los libros cuestionados están en las escuelas para que los alumnos que tengan inquietud por profundizar en la literatura argentina contemporánea, no tengan más que consultar con un docente y leer. Lo que se dice un acto de verdadera libertad. A esa libertad se opuso la Vicepresidenta Victoria Villarruel quien en un twit fuera de tiempo cuestionó al Gobernador, Axel Kicillof por mostrarse leyendo los ejemplares que la derecha intenta censurar.
“Nunca es buen día para leer libros que exaltan la pedofilia y sexualizan a los niños, Kicillof!! El libro que tenés en la mesa titulado “Si no fueras tan niña” es la historia de una niña de 14 años abusada por un adulto de 30. ¿En serio usas esa tragedia para meterle mierda en la cabeza a los niños y adolescentes de la provincia de Buenos Aires? ¡Con nuestros niños no te metas!”, escribió la vicepresidenta en X. Conocidos son los vínculos de Villarruel con algunos militares que actuaron de manera non sancta en la última dictadura militar en nuestro país.
Las acusaciones de Villarruel se enmarcan en las expresiones que tuvieron lugar el último sábado en el encuentro en el que los militantes de Milei dieron fundación a la organización partidaria “Las Fuerzas del Cielo”. El encuentro se desarrolló en la localidad de San Miguel. En un local decorado con un estética oscurantista los personajes más conocidos entre las huestes del Presidente realizaron proclamas de corte conservador y no se reservaron insultos para los kirchneristas, a la vez que pidieron cárcel para Cristina Kirchner recientemente condenada por la Cámara de Casación Penal.
Los oradores fueron, Agustína Laje, el intelectual de ultraderecha anterior a Milei en la prédica de los preceptos que rozan el fascismo, Daniel Parisini, alias el “Gordo Dan”, asiduo tuitero que ha logrado cierta reputación entre los seguidores de La Libertad Avanza y Agustín Romo, presidente del bloque de LLA en diputados en PBA.

La nueva organización se presentó en sociedad como el “brazo armado” de la Libertad Avanza, y como “la guardia pretoriana” del Presidente Milei. Con insultos, proclamas y marcas ya instituidas de corte homofóbico, las Fuerzas del Cielo asumieron un rol que que busca mostrar su faceta más cuestionada y que a primera vista poco favor le hacen al gobierno rumbo a la elecciones de 2025.
Mientras Milei toma nota que en el G20 que se está realizando en Río de Janeiro los vientos no soplan del todo a su favor y tiene que abdicar ante las proclamas generalizadas, en la Argentina el totalitarismo avanza. Los brazos de la deshumanización se alargan y quieren imponer sus preceptos, sus modales y las buenas costumbres. Cuando en la tierra Milei se jacta de haber arreglado los problemas de la economía, ahora es momento de “las fuerzas del cielo”.