Después de la visita de Emmanuel Macron a Estados Unidos, ahora es el turno del primer ministro británico, Keir Starmer, quien aterriza este jueves en Washington con la misión de lograr lo que no consiguió el presidente francés: convencer a Donald Trump de que garantice seguridad a Ucrania en un eventual acuerdo de paz con Rusia.
Desde el avión que lo llevaba a territorio estadounidense para encontrarse con Trump, Starmer expresó: “Quiero una paz duradera, y no creo que sea posible sin un mecanismo disuasivo eficaz contra Putin. El Reino Unido va a hacer su parte, pero necesitamos que Estados Unidos brinde una red de seguridad”.
La ruptura que manifestó Trump en contraste con la política de Biden, distanciándose de Ucrania y aproximándose a Putin, generó preocupación en Europa. Desde ese continente consideran que un alto al fuego sin garantías concretas solo le daría a Moscú el tiempo necesario para reagruparse y retomar su ofensiva.

Por eso, los europeos buscan asegurar un compromiso estadounidense que incluya cobertura aérea, inteligencia y logística para respaldar a las tropas que monitorearían la tregua, porque no consideran que sus propios recursos sean suficientes.
Sin embargo, la tarea de Starmer es compleja. Macron ya intentó algo similar a principios de semana y, pese a los gestos de cercanía con Trump, no logró asegurarse nada firme. La situación se volvió aún más compleja cuando el mandatario estadounidense, en la primera reunión de su gabinete, dejó en claro que su prioridad no está en Kiev: “No voy a dar grandes garantías de seguridad. Eso lo tiene que hacer Europa, que es su vecino”, afirmó el republicano.

Starmer también intentará que Trump apoye la creación de una fuerza de "reaseguro", una iniciativa que Reino Unido y Francia están dispuestos a liderar en caso de que se alcance un acuerdo de paz. Pero sin el respaldo estadounidense, la viabilidad de la propuesta es dudosa: las capacidades logísticas, de inteligencia y de defensa antiaérea de las fuerzas europeas no son suficientes por sí solas.
La cita en el Despacho Oval será una instancia clave para la relación transatlántica. Para Starmer, lograr que Trump se aleje de Putin y se comprometa con la estabilidad de Ucrania es una cuestión crucial. Pero, con el Gobierno estadounidense mirando más hacia adentro que hacia fuera, las expectativas de un resultado concreto son, cuanto menos, inciertas.
Con información de Reuters y CNN.